Twitter: @EduardoSuarez_
Un gran abrazo pleno de admiración, cariño camaraderil y sencillez para mi insustituible hermano Bonfiglio Cervantes Tavera, dondequiera que se encuentre
A Tuulita y mis cuatro pequeños, porque nada de lo arriesgado careció de una inconmensurable lección de amor y de esperanza por la Vida y un México mejor
Con gratitud al Chelís y a Martha Maldonado, cada cual en su circunstancia (el texto que sigue NO es de mi autoría)
LA "BRIGADA ROJA" Y LA PRIMERA ACCIÓN DE
LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE
En la mañana soleada del 12 de abril de 1973 un comando guerrillero expropia la empresa Industria Eléctrica de México, S. A. (IEM), establecida en una de las zonas más fabriles del país, ubicada sobre la carretera Tlalnepantla-Cuautitlán, Edo. de Mex. La operación se realiza en tan sólo cuatro minutos; en la acción pierden la vida dos policía del Estado de México y dos millones de pesos y cuatro armas reglamentarias de la policía pasan a poder de los activistas.
Al día siguiente la prensa menciona el hecho con sensacionalismo, pues es el asalto más cuantioso, hasta esa fecha, perpetrado por organización guerrillera alguna en la historia más reciente del país; la prensa también resalta la rapidez, precisión y contundencia del comando y la desorientación policíaca por sus ejecutores. El Estado burgués mexicano y sus cuerpos represores ignoraban aún el nacimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S) y que esta expropiación fundaba su actividad pública.
En efecto, la expropiación a la IEM la concibe la LC23S cuando apenas tenía un mes de fundada; y la ejecuta la Brigada Roja (expresión de la Liga en el Distrito Federal y estados circunvecinos) con menos de tres semanas de conformada. ¿Por qué la premura para el accionar público y por qué se le encomendó a la Brigada Roja (BR) esta acción? Hagamos un breve repaso a esos cuatro primeros meses de 1973, periodo pletórico de encuentros, desencuentros, borrones y cuentas nuevas, de inicios y fundaciones:
Los antecedentes inmediatos.
Aunque antes de 1968 en México ya había actividad guerrillera, es a partir de 1970 que el panorama nacional se ve irrumpido por multitud de grupos subversivos. En la Ciudad de México, uno de esos grupos que más se distingue porque desde su origen se planteaba la necesidad de desarrollar una alternativa político-militar y por tener una viva preocupación teórica, distinguiéndose además por sus múltiples férreos militantes y por su alto número de agremiados con que llegó a contar. Este grupo había surgido del activismo estudiantil de 1968, nutriéndose de los Comités de Lucha del Instituto Politécnico Nacional, la UNAM y otras Escuelas Superiores. De entre sus fundadores destacaban Miguel Domínguez Rodríguez, originario de Durango, estudiante y después ingeniero geólogo de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional; y Carlos Salcedo García, originario del Distrito Federal, ex militante de la Liga Comunista Espartaco (LCE), estudiante de sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus centros de operación estarían en el Distrito Federal, con trabajo político en el Instituto Politécnico Nacional, en Ferrocarriles, en la UNAM, la Normal Superior, y con los gremios de costureras, telefonistas, correos, electricistas y con una amplia red de vecinos del pueblo de Topilejo; y en otras ciudades como Chihuahua, Oaxaca, Veracruz y Ciudad Juárez con obreros, campesinos, y organizaciones populares.
Comando Lacandones. Descalabros y transformación.
Este grupo sin nombre tuvo su primer descalabro el 28 de febrero de 1972, cuando varios de sus militantes fueron capturados por la policía a raíz de investigaciones a la horadación nocturna del techo de una armería en la calle de Argentina, en pleno centro de la ciudad ¡a sólo dos calles del Zócalo!, asiento oficial del Poder Ejecutivo Federal. Es cuando la organización es bautizada por la propia policía como Comando Lacandones porque los agentes de la ley no conciben a guerrilleros sin etiquetas. La organización parece asimilar y resistir bien este primer embate; pero lo peor es que la policía ha detectado su existencia e identificado a muchos de sus miembros y quehaceres políticos.
Y a fines de septiembre de ese fatídico 1972 es capturado un segundo y numerosísimo grupo del Comando Lacandones; son detenidos casi cincuenta militantes y, entre ellos, sus principales comandantes Miguel Domínguez y Carlos Salcedo. Este golpe es el más severo, aunque mucho del trabajo organizativo es puesto a salvo porque se autodestruyeron muchos puentes y andamiajes para atajar la represión gubernamental.
La recomposición organizativa lacandona se antojaba actividad titánica; se requeriría mucho trabajo y paciencia para recontactar a muchos cuadros y, sobre todo, enmendar errores y replantear con urgencia la táctica y la estrategia. Pero el 31 de enero de 1973 cae prisionera otra parte del Comando Lacandones, la tercera y última.
Reconstruyendo a la organización. Pláticas con Vicente.
La detención del tercer grupo de lacandones coincidió con la recontactación de varios cuadros que permitieron, a corto plazo, reconstruir algo del tejido organizativo. También en este periodo de enero-marzo de 1973 se incrementaron las relaciones con los grupos hermanos de Los Guajiros, Los Procesos y Los Macías (la relación con estos grupos ya eran añejas y siempre cordiales).
Mientras el Comando Lacandones se reconstruía lentamente, simultáneamente realizaba encuentros sistemáticos con Ignacio Salas Obregón, líder de los grupos Movimiento Estudiantil Profesional (MEP) y Los Procesos y ocasionalmente con José Ángel García Martínez. Ignacio Salas (mejor conocido como Vicente) insistía en que lo fundamental era proseguir la labor teórica iniciada por Raúl Ramos Zavala. Y planteaba, además, un plan mayúsculo, en cuyo punto central se encontraba el finiquito de la dispersión orgánica, política y teórica de los revolucionarios, expresada, entre otras cosas, en la proliferación de grupos armados independientes unos de otros, como paso inicial para la construcción de la organización de vanguardia.
Los Maderas viejitos.
Las reuniones con Vicente se dan discutiendo teórica y políticamente en torno de los documentos llamados “Madera 1”, “Madera 2”, “Madera 3” y “Madera 3 bis”, escritos, entre otros, por Vicente promoviendo la unificación del movimiento armado socialista. En estos Maderas se analizan y recuentan las experiencias obtenidas en la lucha y la forma en la que debía continuarse. Los documentos llevan tal nombre en memoria del asalto al Cuartel Madera en Chihuahua el 23 de Septiembre de 1965.
Igualmente, Vicente tenía ya toda una concepción sobre el carácter económico-estructural de la universidad, sobre la “producción y reproducción del capital en el proceso educativo-universitario” (que al interior de la Liga se conoció como la tesis de la Universidad-Fábrica y que hoy es tan defenestrada por su malabarismo teórico).
Paralelamente a las discusiones y comunión de intereses con Vicente, se definían con José Ángel García Martínez y Gustavo Adolfo Hirales Morán los planes de integración organizativa con los distintos grupos guerrilleros del país. Así el Comando Lacandones acuerda acudir al inminente encuentro interguerrillero y nombra a David Jiménez Sarmiento (conocido en esa época como Damián) y Jorge Alfonso Rojas Díaz (con el alias de Ernesto) y, además acuerda también, cubrir todos los gastos monetarios necesarios para el desarrollo de ese encuentro nacional, incluyendo los traslados de todos los delegados (los Lacandones tenía suficientes recursos por su expropiación a las oficinas centrales de la Panificadora Bimbo, 18-ene-73)
Nace la Liga.
Los esfuerzos por liquidar la dispersión en todos los niveles se materializaron en marzo de 1973, con la unión de la mayoría de los grupos existentes, surgiendo así, la Liga Comunista 23 de Septiembre, como una síntesis de todos ellos y constituyendo la expresión más desarrollada de este movimiento.
La reunión constitutiva inicia el 5 de marzo de 1973 en Guadalajara con el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) como anfitrión. A la casa alquilada por Fernando Salinas Mora (a) “El Richard”, del FER acuden:
Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Grupo que encabezara en la Universidad de Guadalajara un intento de democratización, por lo que es reprimido y obligado a ingresar a la clandestinidad y crear su infraestructura de guerrilla. Este grupo se escindió en tres: una parte que crearía las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP); otra parte que se iría con Unión-Pueblo (UP), después PROCUP-PDLP; y la parte que ingresa a la Liga.
Los Procesos. Grupo conformado por ex-militantes de la Juventud Comunista (JC) filial del Partido Comunista México (PCM). Grupo dirigido por Raúl Ramos Zavala y a la muerte de éste, por José Ángel García.
Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Grupo con amplio trabajo social en zonas deprimidas inspirado en la Teología de la Liberación, la Iglesia de los Pobres. Su figura más importante sería Ignacio Salas Obregón.
Movimiento 23 de Septiembre-MAR. Surgido de los restos del Grupo Popular Guerrillero “Arturo Gámiz”, y la guerrilla de Oscar González en 1968 en alianza con un grupo desprendido del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR).
Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa (FEUS ó “Los Enfermos”). El grupo con más peso por su vinculación social y propugnador de una universidad al servicio del pueblo. Este grupo también es severamente reprimido, por lo que sus líderes deciden pasar a la clandestinidad, paso que dan sin perder su base social.
Los Macías. Su origen es la Liga Leninista Espartaco (LLE) de José Revueltas y la Liga Comunista Espartaco (LCE),
Comité Político-Militar “Arturo Gámiz“. Grupo que opera en las sierras de Sonora y Chihuahua ( aún no nacía).
Los Guajiros. Procedentes del movimiento estudiantil de 1968 y activistas de Chihuahua. Su principal dirigente seria Leopoldo Angulo Luke “General” o “Matus” del comité de lucha de la ESIME-IPN. Sus centros de operación estarían en el Distrito Federal y Baja California.
Grupo Comunista de Chihuahua. Procedentes de activistas estudiantiles y normales rurales dela Federación de Estudiantes y Campesinos Socialistas de México (FECSM) y cuyos dirigentes fueron Diego Lucero Martínez y Manuel Ángel Barraza García (este fue un comando de Los Guajiros que actuó el 15 de enero, nada más, Barraza no tuvo nada que ver ahí) .
Comité Estudiantil Revolucionario (CER). Creado por influencia de Raúl Ramos Zavala en la puja por la autonomía de la Universidad de Nuevo León que adopta las tesis de la Universidad-Fábrica. Su base social está en los estudiantes radicalizados de la UANL y en el movimiento obrero sindicalista.
Comité Local de Lucha Estudiantil (CLLE). Asiste a la reunión de marzo, pero se integra a la Liga meses después y una de sus dirigentes sería Rosario Elena Carrillo y con centro de operación en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Comando Lacandones. Ya mencionado en párrafos anteriores.
Los representantes de estos grupos discuten durante casi 15 días y acuerdan la línea política de la nueva organización político-militar. Se discuten todas las ponencias y opiniones presentadas. Al final se aprueba la adopción de las ideas expuestas en los “Madera” y, de la recopilación del conjunto de las ideas expuestas, se elabora el documento, redactado por Ignacio Arturo Salas Obregón, intitulado “Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario”.
Acuerdan 1.- Denominar a la organización Liga Comunista 23 de Septiembre; 2.- Una Coordinadora Nacional será su órgano máximo de dirección 3.- Se nombra un Buró Político como brazo ejecutivo, integrado por José Ángel García Martínez, Ignacio Arturo Salas Obregón, Leopoldo Angulo Luke, José Ignacio Olivares Torres, Rodolfo Gómez García y Manuel Gámez Rascón; 4.- Se integra un Comité Militar bajo la responsabilidad de Leopoldo Angulo Luke, David Jiménez Sarmiento (a) “Damián” y Francisco Alfonso Pérez Rayón.
La Liga estará constituida por diferentes Comités Coordinadores Zonales Políticos-Militares. Los responsables estatales son, entre otros: En Sinaloa, Gustavo Adolfo Hirales Morán y Francisco Rivera Carvajal; en Sonora Eleazar Gámez Rascón y Ma. de la Paz QuintanillaFlores; en Chihuahua “Luis, “Pancho” y “Roberto”; en Nuevo León Héctor Escamilla Lira, Rodolfo Gómez García y Héctor Torres González; en Sinaloa “Rodolfo”, “Macario”, “Ernesto”, “Emilio” e Ignacio Arturo Salas Obregón; en Jalisco José Ignacio Olivares Torres, Pedro Orozco Guzmán y Emilio Rubio; en Oaxaca Carlos Cevallos Loya y José García Wenceslao; EN EL DISTRITO FEDERAL JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (A) “MATEO”, David Jiménez Sarmiento (a) “Damián” y Francisco Alfonso Pérez Rayón.
Se definen tres frentes guerrilleros en el llamado “Triángulo de Oro”, en los estados de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango. Para el primer frente su comandante general es Salvador Gaytán Aguirre; el segundo frente lo comanda Gabriel Domínguez Rodríguez; y el tercer frente es comandado por Eleazar Gámez Rascón. Hay, además, comités en Nuevo León y Tamaulipas que operan con el nombre de Comandos Urbanos del Comité Estudiantil Revolucionario. En Tabasco los responsables son Paulino Peña Peña y Francisco Márquez Guzmán. En Guerrero y Oaxaca José García Wenceslao (a) “Sam” es el comandante de la guerrilla rural “Brigada Emiliano Zapata”; mientras que José Manuel Báez Ávila es el responsable de la guerrilla urbana en Oaxaca.
La Liga Comunista 23 de Septiembre contaba con gran cantidad de miembros que se distribuían por casi la totalidad de la república, principalmente las áreas de concentración urbana, aunque también contaba con algunas brigadas rurales. La tesis leninista del centralismo democrático fue el soporte central del desarrollo orgánico seguido por la Liga, lo cual permitió, apenas nacida, seguir captando importantes cuadros y esfuerzos orgánicos que ya habían logrado una base de regional y contaban con algunos materiales teóricos.
Nace la Brigada Roja
Bajo las directrices emanadas de la reunión constitutiva de la Liga se procedió a su ejecución en el Distrito Federal. Así, SE DECRETÓ LA CONCLUSIÓN DEL COMANDO LACANDONES Y SE LE SUSTITUYÓ CON LA CONFORMACIÓN DE LA BRIGADA ROJA, CON JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (MATEO) COMO SU JEFE POLÍTICO Y DAVID JIMÉNEZ SARMIENTO (AHORA HACIÉNDOSE LLAMAR CHANO) COMO EL JEFE MILITAR; ADEMÁS MATEO SERÍA AUXILIADO EN SUS TAREAS POLÍTICAS POR FRANCISCO ALFONSO PÉREZ RAYÓN (ANDRÉS) Y JOSÉ LUIS PACHECO ARAGÓN (ARTURO); MIENTRAS QUE CHANO SERÍA APOYADO EN SUS RESPONSABILIDADES MILITARES POR ALFONSO ROJAS DÍAZ (ERNESTO) Y POR ARTURO RIVAS JIMÉNEZ (GERMÁN, OMAR O RENÉ). ESA FUE LA PRIMERA DIRECTIVA DE LA BRIGADA ROJA.
La Brigada Roja tuvo como base corporativa a los ex lacandones, pero se vio ampliamente favorecida con la incorporación de múltiples elementos que hasta ese momento habían militado en las otras organizaciones fusionadas a la Liga y que también operaban en el Distrito Federal. Es justo mencionar que con estas incorporaciones la Brigada Roja se fortaleció más en calidad que en número. Y también ES NECESARIO APUNTAR QUE EN EL SENO DE LA BRIGADA NUNCA SE DIERON SECTARISMOS O REMINISCENCIAS DE MILITANCIAS PASADAS, POR EL CONTRARIO, TODOS SUS MIEMBROS ASUMIMOS QUE LA BRIGADA ROJA Y, SOBRE TODO, LA LIGA ERAN FASES SUPERIORES DE ORGANIZACIÓN.
La Liga irrumpe en el escenario nacional. Expropiación a la IEM.
Desde su creación, la Liga cuestionó la proliferación de acciones armadas tendientes a la consecución de recursos económicos, argumentando como prioridad máxima la capacitación de sus militantes y procurando la selectividad de tales acciones según su sentido político. Por lo que, el mayor énfasis debía darse en tareas tendientes a la discusión política con las bases proletarias más combatientes en base a los documentos teóricos de la organización. A este enunciado indiscutible, era común que algunos dirigentes de la Liga señalaran a la BrigadaRoja y al FER como ejemplos contrarios a estos postulados, por estar imbuidos en un “militarismo encarrerado”.
Por eso causó extrañeza que la dirección de la Liga, apenas recién creada, ya encargara a la Brigada Roja una expropiación, y específicamente a la empresa Industria Eléctrica de México, S. A. (IEM), pero ¿dónde estaba la selectividad del sentido político? ¿y por qué requerir a la BRalgo que se le reprochaba? ¿Ton’s qué, en qué quedamos?
No hubo respuestas, pero EN LA BR NOS QUEDABA CLARO QUE EL INMENSO APARATO QUE HABÍAMOS CREADO CON LA LIGA CORRÍA EL RIESGO DE NACER PARALÍTICO Y ERA NECESARIO, POR LO MENOS EN SUS INICIOS, CANALIZARLE RECURSOS PARA SU OPERATIVIDAD. En cuanto al escogimiento de la BR para tal actividad, Salas Obregón nos dijo en confidencia que evidentemente se había considerado el vasto acervo que los Lacandones habían tenido en estos menesteres. En efecto, este Comando tuvo en su corta existencia un amplio historial de acciones expropiatorias, y todas exitosas, algunas de ellas fueron: tienda de autoservicio De Todo; el ataque simultáneo a la camioneta del Banco del Atlántico y la taquilla de la estación Gómez Farías del Sistema Metropolitano de Transporte Metro (taquilla donde se concentraba lo recaudado por otras taquillas del sistema); Siderúrgica Mexicana DINA, S.A. de C.V.; tesorería de la Unidad Habitacional de la CTM; joyería Minerva; Zapatería 3 Hermanos; Armería “Armas y Deportes” ubicada en pleno centro de la ciudad de México (única acción fallida); clínica particular en la carretera México-Puebla, en el Estado de México; Compañía Hulera Goodrich Euzkadi; terminal de camiones urbanos de la línea Colonia del Valle-Coyoacán; Sunbeam Mexicana; oficinas centrales de Panificadora BIMBO.
Estando así las cosas, la BR se dispuso con todo su profesionalismo a preparar la operación IEM: se reconoció el lugar, se elaboraron mapas y maquetas, se inventaron pretextos para ingresar a las instalaciones, se supo de las fechas y horarios de los pagos de nómina y los movimientos de las camionetas bancarias, hasta se consiguieron los planos arquitectónicos de las instalaciones, incluyendo su red de alcantarillado.
También se procedió a conformar al equipo ejecutante: decidimos que los seis miembros de la directiva en pleno de la BR participaran directamente, a lo que el Buró Político se opuso por imprudente y que en una sola acción se arriesgara la comandancia de todo un Comité Coordinador de Zona. Hubo que replicar tenazmente a esta negativa, se argumentó que estábamos en esos cargos por disposiciones superiores pero no nos conocíamos con suficiencia más allá del seudónimo, por lo que éste sería buen momento para calarnos en los preparativos y en la situación extrema de la ejecución. Después de 26 horas de discusión, José Ángel García Martínez, supervisor comisionado por el Buró, accedió, pero dispuso que el comando ejecutante fuera reforzado con otros elementos con reconocida experiencia en estos menesteres; también se opuso a que durante la expropiación se distribuyera un volante donde hacíamos saber que éste era un acto realizado por la naciente LC23s, “No tenemos por qué alertar a la policía y facilitarle el trabajo”, dijo. Es así que al poco tiempo se incorporaron al comando la bella Martha Maldonado Sosa y Silva (a) “Eva” y el audaz Efraín González Cuevas (a) “El Borrego”. POR LO QUE EL COMANDO EJECUTANTE QUEDÓ CONFORMADO DE LA SIGUIENTE MANERA: JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (PROVENIENTE DEL GRUPO PROCESOS, CREADO EN TORNO DE RAÚL RAMOS ZAVALA, YA FALLECIDO PARA ESAS FECHAS), COMO COORDINADOR EN JEFE; DAVID JIMÉNEZ SARMIENTO (EX LACANDÓN); FRANCISCO ALFONSO PÉREZ RAYÓN (EX GUAJIRO); JOSÉ LUIS PACHECO ARAGÓN (EX MAR); ALFONSO ROJAS DÍAZ (EX LACANDÓN); MARTHA MALDONADO SOSA Y SILVA (EX MAR Y ENTRENADA EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DE COREA); EFRAÍN GONZÁLEZ CUEVAS (FER, DE LA LEGENDARIA BANDA DE LOS VIKINGOS DE GUADALAJARA) Y POR ARTURO RIVAS (EX LACANDÓN); Y JOSÉ ÁNGEL GARCÍA MARTÍNEZ, ENVIADO POR EL BURÓ POLÍTICO COMO SUPERVISOR DE TODO EL OPERATIVO.
Para entonces el plan general de la operación IEM estaba terminado y aprobado por todos los participantes; se seleccionó y cató el armamento; Omar, experto en robo de autos, proporcionó los cuatro autos necesarios (y que después del operativo serían desechados); se fijó la fecha y sólo restaban detalles menores por afinar.
Dos días antes de la fecha fijada para la expropiación se decidió hacer, repartidos en dos vehículos, un último recorrido para afinar pormenores de la fuga y posibles contingencias. Qué lejos se estaba de imaginar que esa tarde se registraría un imprevisto con fuerte olor a pólvora. En el vehículo donde viajaban Eva, Chano, Ernesto y El Borrego decidieron hacer un alto en una gasolinera sobre la Avenida Vallejo y, mientras llenaban gasolina, El Borrego procedió a checar en el vehículo presión en llantas, agua y aceite pero al inclinarse sobre el motor se asomó la cacha de su pistola, circunstancia que no pasó inadvertida para el ocupante de otro vehículo que esperaba turno para también cargar gasolina. Quiso la mala fortuna que ese vehículo fuera tripulado por tres agentes secretos de la temible División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD) y que llevaran sarandeando a un lumpen que les servía de informante. Los agentes cuchichiaban entre sí sobre el arma vista al Borrego, adivinando una jugosa extorsión, cuando el lumpen reconoció a Ernesto como su antiguo compañero de juegos en su niñez. El lumpen sabía que Ernesto era ampliamente buscado por todas las policías del país por subversivo, así que presuroso señaló a los agentes la presa mayor. Pero todo esto también fue advertido por Ernesto quien, a su vez, identificó al lumpen y notificó a sus camaradas la gravedad de la situación y, en un soplo, corrieron al auto policíaco para acribillarlo, los agentes fueron sorprendidos apenas descendiendo de su auto. Ahí quedaron los cuerpos sin vida de dos agentes y el lumpen; el tercer agente logró escabullirse a las oficinas de la gasolinera y encerrarse en el baño, hasta allí fue perseguido por Eva y El Borrego, pero como lo apremiante era escapar, los guerrilleros abordaron su vehículo y en breves instantes desaparecieron.
ANTE ESTA CONTINGENCIA, MATEO DECIDIÓ POSPONER LA EXPROPIACIÓN A LA IEM POR QUINCE DÍAS. PERO COMO EFRAÍN GONZÁLEZ YA ERA REQUERIDO EN GUADALAJARA POR EL FER, EL BURÓ INCORPORÓ AL SEVERO Y EFICIENTE CAMARADA ELEAZAR GÁMEZ RASCÓN (A) ROQUE, PROVENIENTE DEL MOVIMIENTO 23 DE SEPTIEMBRE, DE SONORA, QUIEN PRONTO SE PUSO AL CORRIENTE DE TODOS LOS DETALLES. LA OPERACIÓN OTRA VEZ ESTABA LISTA.
La planta industrial de la IEM es inmensa, su acceso central comprende un espacioso estacionamiento y un edificio de varios niveles de sus oficinas; en su extremo derecho, a cien metros, hay otra entrada que da acceso a la fábrica y que es usada por los obreros y en su extremo izquierdo, a casi trecientos metros, hay una gran puerta destinada al paso de vehículos pesados; estos dos accesos laterales contaban con casetas de vigilancia y guardias armados. Antes de las diez horas de ese 12 de abril de 1973 los ocho guerrilleros fueron llegando a sus puestos de manera independiente, pero se encontraron con una anormalidad ¡Otra contingencia!: la entrada para los trabajadores estaba atiborrada de gente solicitando empleo (esa mañana había aparecido en los periódicos de mayor circulación un anuncio dondela IEM solicitaba personal para su planta industrial). Los guerrilleros celebraron un rápido concilio para decidir abortar o continuar la operación, decidieron la segunda opción y hacer algunos ajustes al plan original.
Eva, Roque, Ernesto y Chano controlarían a los guardias de la entrada para los trabajadores, ¡con todo y sus casi cincuenta solicitantes de empleo en plena vía pública!; Mateo, Arturo y Andrés accederían a las oficinas administrativas, controlarían también a decenas de empleados y sustraerían el dinero de las cajas de seguridad; y Omar en solitario controlaría a los guardias de la entrada para vehículos. Así se hizo todo pero… ¡Oh, otra contingencia más!
En pleno desarrollo de la expropiación, una patrulla policiaca que circulaba fortuitamente por el lugar se percató que decenas de personas se mantenían con las manos arriba y, no dando crédito a lo que miraban, decidieron echar reversa e investigar, pero lo hicieron con una lentitud que contrastó con los relampagueantes movimientos de Ernesto y Chano, que fulminaron a los dos patrulleros. Un policía murió en forma instantánea, pero el otro en sus instantes finales aún pretendió conducir su patrulla, sólo para estrellarse sobre la acera y lesionar levemente a un niño vendedor de chicles (después la prensa difundiría la versión oficial que los guerrilleros, en su loca huída, atropellaron a varios peatones)
El resto de la operación concluyó como se había planeado: Eva, Roque, Ernesto y Chano huyeron en el vehículo 1; Mateo, Arturo, Andrés y Omar, en el 2; los conductores fueron Roque y Andrés que, con rapidez y habilidad nos llevaron por la carretera México-Querétaro hasta la Calzada Vallejo, y allí los vehículos tomaron rumbos diferentes. El auto 2 hizo una parada para bajar a Mateo y Arturo; continuaron su marcha Andrés y Omar hasta llegar a una calle regularmente solitaria y hacer un segundo cambio de vehículo. Se encaminaron a un populoso barrio y en una casa de seguridad se quedó Omar, sólo con una mochila al hombro conteniendo poco más de dos millones de pesos.
Andrés dedicó la tarde a desactivar alertas, entre ellas la de un grupo de camaradas galenos, encabezados por el médico peruano Pedro Miguel Morón Chiclayo, que se habían acuartelado con 24 horas de antelación manteniéndose, con su instrumental, atentos a cualquier posible percance. Al anochecer, Andrés regresó a la casa de seguridad, se hicieron los reportes procedentes y Omar entregó el dinero ya contado y seleccionado. Casi a media noche, Omar salió a la calle y abordó un taxi rumbo a su casa; en el camino entró a un café de chinos, se regaló una taza de chocolate caliente y se fue a dormir 20 horas seguidas.
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Postdata 1. Al día siguiente, 13 de abril de 1973, otro comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre expropia la sucursal Cuauhtémoc del Banco General de Monterrey, Nuevo León. Obtiene poco más de un millón de pesos.
Postdata 2. Meses después la directiva de la IEM reportaba públicamente a sus accionistas su estado financiero; y en un párrafo casi inadvertido daba cuenta que el asalto perpetrado por los guerrilleros no había afectado para nada su bonanza financiera. Otro dato curioso es que la empresa siempre reportó $1,800,000.00 como la cantidad sustraída, cuando en realidad fue cercana a los $2,200,000.00. Casi siempre los contadores de las empresas expropiadas exageran las cantidades quitadas para, seguramente, reponerse en sus chanchullos. Pero en el caso de la IEM, extrañamente, fue a la inversa.