viernes, 29 de julio de 2011
Vázquez Montalbán. 72 años de este "novíssimo"
Twitter: @EduardoSuarez_
Hay días en que tienes
toda la carne muy mal abotonada
y mis manos te cierran
el cuerpo descarado
los ojos
con los que miras tu desnudo
en los míos te delatan
y eres blanca
con junturas de cárdeno
descenso
manchas de musgo y vuelo
vencido
de cabello que se inclina
lento.
toda la carne muy mal abotonada
y mis manos te cierran
el cuerpo descarado
los ojos
con los que miras tu desnudo
en los míos te delatan
y eres blanca
con junturas de cárdeno
descenso
manchas de musgo y vuelo
vencido
de cabello que se inclina
lento.
(MVM, A la sombra de las muchachas sin flor, Editorial Laia, España, 1985)
A Manuel Vázquez Montalbán, comunista libertario, escritor y poeta universal, en el 72º aniversario de su nacimiento
•
EDUARDO SUÁREZ
Poesía con el sol prohibido
EDUARDO SUÁREZ
Poesía con el sol prohibido
“Me parece a mí que la poesía, tal como está organizada la cultura, no sirve para nada”, le decía a Leonardo Padura el poeta Manuel Vázquez Montalbán.
Paseaban juntos por la Ciudad Vieja, cerca de donde naciera el bardo, en una de esas calles habitadas por ancianos, niños, mujeres y hombres paupérrimos y en las que, como dijera otro vate, “está como prohibido el sol”.
Era un otoño tan triste como ese en el que murió. “Sospecho que [la poesía] no sirve para nada en ninguna parte” —aducía el mismo MVM en una entrevista que le hice yo, años después, para Revista de Revistas de Excélsior—.
“Pero —advertía— la irregularidad histórica española me obliga a aplazar un juicio universal”.
Más conocido por sus trabajos periodísticos, sus ensayos y su narrativa, este hombre universal nacido en la capital catalana, Barcelona, el 29 de julio de 1939, fue ante todo poeta y revolucionario (¡Vaya, como si no fuera lo mismo!). Pero su discurso crítico y coherente lo mantiene todavía hoy, a casi ocho años de su muerte, como una de las voces más lúcidas que en el mundo se hacen escuchar.
“Sin duda —cito de nuevo al cubano—, a contrapelo de un panorama cultural mediatizado por intereses” de intelectuales rastreros, especuladores disfrazados de bondadosos hombres de empresa y oportunismos de la derecha política en retirada —incluidos, desde luego, los socialdemócratas con y sin comillas.
Paseaban juntos por la Ciudad Vieja, cerca de donde naciera el bardo, en una de esas calles habitadas por ancianos, niños, mujeres y hombres paupérrimos y en las que, como dijera otro vate, “está como prohibido el sol”.
Era un otoño tan triste como ese en el que murió. “Sospecho que [la poesía] no sirve para nada en ninguna parte” —aducía el mismo MVM en una entrevista que le hice yo, años después, para Revista de Revistas de Excélsior—.
“Pero —advertía— la irregularidad histórica española me obliga a aplazar un juicio universal”.
Más conocido por sus trabajos periodísticos, sus ensayos y su narrativa, este hombre universal nacido en la capital catalana, Barcelona, el 29 de julio de 1939, fue ante todo poeta y revolucionario (¡Vaya, como si no fuera lo mismo!). Pero su discurso crítico y coherente lo mantiene todavía hoy, a casi ocho años de su muerte, como una de las voces más lúcidas que en el mundo se hacen escuchar.
“Sin duda —cito de nuevo al cubano—, a contrapelo de un panorama cultural mediatizado por intereses” de intelectuales rastreros, especuladores disfrazados de bondadosos hombres de empresa y oportunismos de la derecha política en retirada —incluidos, desde luego, los socialdemócratas con y sin comillas.
•
MICHAEL GAMARRA
MICHAEL GAMARRA
Las últimas horas de un gran escritor
Escribí el simple comentario que aparece en la página 3 de esta edición, unas horas antes de recibir la triste noticia de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán en Bangkok el viernes 17 de octubre. Aun sabiendo que de nada sirven las palabras ante lo irreparable, y con la absoluta certeza de que cuando éstas lleguen al lector, la noticia ya habrá dejado paso a otras en las páginas de los rotativos y en las pantallas de televisión del mundo hispano, me siento obligado a expresarlas aquí sin que pueda explicar el porqué. Pero eso no importa ya.
Conocí al creador de Pepe Carvalho unas 24 horas antes de su última partida, cuando él esperaba solitario en un salón de la universidad, antes de regalarnos —a una audiencia compuesta por profesores y alumnos de español así como por diplomáticos, prensa y público en general— una conferencia que sólo puede ser calificada de magnífica.
Me presenté y estuvimos charlando. Parecía estar cansado. Apareció luego un periodista que grabador en mano le hizo una entrevista de 10 minutos frente a mí. Debe haber sido la última de la vida del escritor. Al finalizar, el periodista extrajo de un bolso dos libros y se los obsequió. El primero, una serie de artículos sobre los lazos históricos entre España y Australia. El otro, una reseña de trabajos premiados en concursos del Club Español de esta ciudad, exhumados por mi amigo Víctor Ramos de los archivos de la institución.
De pronto el periodista se dio cuenta de algo: "Bueno... creo que aquí este amigo le puede decir algo más sobre estos libros". El escritor me miró inquisitivo y yo dije: "Sí, casualmente fui el editor de uno y coeditor del otro".
El periodista se alejó a cumplir su tarea y Vázquez Montalbán se abrió un poco más y comenzaron sus preguntas: ¿Dónde trabajas? ¿Cuánto hace que vives en Australia? Se sorprendió cuando dije 30 años. Me preguntó sobre mis libros y le detallé lo que proyectábamos publicar pronto, mío y ajeno. Le alegró saber que yo había sido cicerone en nuestra ciudad de su gran amigo el director teatral catalán Ricard Salvat unos años antes. "Lo veré muy pronto", me dijo; le relaté entonces una serie de extrañas coincidencias que me sucedieron con Salvat. Hablamos luego de mis dos catalanas más admiradas: Margarita Xirgu —a quien nunca vi en escena pero sí tuve la buena fortuna de asistir en Uruguay, siendo niño, a obras por ella dirigidas—, y Victoria de los Ángeles, a quien entrevisté en sus dos últimas visitas a Australia no hace mucho. La conversación (casi todo el tiempo a su cargo) se tornó ágil y amena. Supe que era uno de los jurados del actual Premio Planeta, habiendo dejado su voto antes de partir, y que su último libro, Milenio, de unas mil páginas que verá la luz dentro de unos meses, fue terminado en Australia.
Al llegar la hora indicada la sala se llenó, y debimos suspender la charla. Me prometió que trasmitiría mis saludos a Salvat, y que se mantendría en contacto por e-mail. Un prolongado aplauso lo recibió, y comenzó a hablar. Aquella fue una estupenda muestra de elocuencia; nadie podría imaginar que esa conferencia sería su última, y que pocas horas después, en el aeropuerto de Bangkok, tan lejos de su Cataluña querida, la Moira lo esperaba para informarle que emprendería allí su último viaje.
Conocí al creador de Pepe Carvalho unas 24 horas antes de su última partida, cuando él esperaba solitario en un salón de la universidad, antes de regalarnos —a una audiencia compuesta por profesores y alumnos de español así como por diplomáticos, prensa y público en general— una conferencia que sólo puede ser calificada de magnífica.
Me presenté y estuvimos charlando. Parecía estar cansado. Apareció luego un periodista que grabador en mano le hizo una entrevista de 10 minutos frente a mí. Debe haber sido la última de la vida del escritor. Al finalizar, el periodista extrajo de un bolso dos libros y se los obsequió. El primero, una serie de artículos sobre los lazos históricos entre España y Australia. El otro, una reseña de trabajos premiados en concursos del Club Español de esta ciudad, exhumados por mi amigo Víctor Ramos de los archivos de la institución.
De pronto el periodista se dio cuenta de algo: "Bueno... creo que aquí este amigo le puede decir algo más sobre estos libros". El escritor me miró inquisitivo y yo dije: "Sí, casualmente fui el editor de uno y coeditor del otro".
El periodista se alejó a cumplir su tarea y Vázquez Montalbán se abrió un poco más y comenzaron sus preguntas: ¿Dónde trabajas? ¿Cuánto hace que vives en Australia? Se sorprendió cuando dije 30 años. Me preguntó sobre mis libros y le detallé lo que proyectábamos publicar pronto, mío y ajeno. Le alegró saber que yo había sido cicerone en nuestra ciudad de su gran amigo el director teatral catalán Ricard Salvat unos años antes. "Lo veré muy pronto", me dijo; le relaté entonces una serie de extrañas coincidencias que me sucedieron con Salvat. Hablamos luego de mis dos catalanas más admiradas: Margarita Xirgu —a quien nunca vi en escena pero sí tuve la buena fortuna de asistir en Uruguay, siendo niño, a obras por ella dirigidas—, y Victoria de los Ángeles, a quien entrevisté en sus dos últimas visitas a Australia no hace mucho. La conversación (casi todo el tiempo a su cargo) se tornó ágil y amena. Supe que era uno de los jurados del actual Premio Planeta, habiendo dejado su voto antes de partir, y que su último libro, Milenio, de unas mil páginas que verá la luz dentro de unos meses, fue terminado en Australia.
Al llegar la hora indicada la sala se llenó, y debimos suspender la charla. Me prometió que trasmitiría mis saludos a Salvat, y que se mantendría en contacto por e-mail. Un prolongado aplauso lo recibió, y comenzó a hablar. Aquella fue una estupenda muestra de elocuencia; nadie podría imaginar que esa conferencia sería su última, y que pocas horas después, en el aeropuerto de Bangkok, tan lejos de su Cataluña querida, la Moira lo esperaba para informarle que emprendería allí su último viaje.
19 de octubre, 2003
• Brillante disertación de Vázquez Montalbán en la UNSW
El 16 de octubre tuvo lugar en la Universidad de NSW de Sidney una conferencia dictada por el escritor español Manuel Vázquez Montalbán como parte de una gira por varias ciudades australianas, que comprendió además Melbourne y Canberra. Fue presentado por el profesor John Brotherton, director de la escuela de español de dicha universidad. Un numeroso público siguió con atención la conferencia que se prolongó bastante más de lo previsto; su brillante oratoria, salpicada además por toques de buen humor, mantuvo el interés de la audiencia de forma tal, que lo único lamentable fue que la disertación llegase a su fin.
Su tema fue el estado de las literaturas regionales de España (principalmente catalana, gallega y vasca), en el devenir histórico, su prohibición durante el franquismo y su posterior resurgimiento. Vázquez Montalbán sintetizó la historia de la literatura en dichas lenguas desde sus primeras manifestaciones, continuó con su evolución y sus períodos de brillo citando nombres de poetas y narradores muchos de los cuales eran desconocidos por la audiencia, pasando luego por el oscuro período que se inició al final de la guerra civil, cuando dichas lenguas fueron virtualmente prohibidas en todo el país. Luego se refirió a su recuperación al retornar la democracia a la Madre Patria, lo que permitió a muchos escritores catalanes, gallegos y vascos volver a expresarse con libertad en las lenguas de sus respectivas regiones.
Señaló el disertante que la literatura gallega, por ejemplo, se ha detacado a lo largo de la historia peninsular por su brillante lirismo, en la que han sobresalido poetas del calibre de Rosalía de Castro y tantos otros.
También destacó el conferenciante la importancia que en Barcelona tuvo la burguesía catalana a partir de finales del siglo 19 hasta las primeras décadas del 20, al propiciar el surgimiento de editoriales, ateneos, teatro, y eventos literarios y artísticos que crearon un ambiente favorable al desarrollo de una literatura en idioma catalán con una producción de gran valor.
La guerra civil, según Vázquez Montalbán, tuvo raíces más profundas que el mero enfrentamiento bélico entre militares y clero por un lado, y la masa obrera y campesina liderados por intelectuales republicanos y de izquierda por el otro. Había un establishment respaldado por la poderosa Iglesia Católica y por las clases altas, que no miraban con buenos ojos la influencia de tendencias sociales y políticas provenientes del extranjero que inevitablemente comenzaban a ser introducidas en España desde comienzos del siglo 20. "Hay quienes sostienen", dijo, "que ese siglo comenzó en 1917 con la revolución del proletariado ruso, y finalizó en 1980-90, con los sucesos de notoriedad en Europa y la desintegración de la URSS, por la influencia que dichos eventos han tenido para aquel continente y el resto del mundo".
El fin de la segunda guerra mundial con la derrota de los poderes que habían apoyado al franquismo, impulsó al caudillo a buscar una mayor aproximación al Vaticano, dijo el escritor, y la difusión del término "nacional-católico" pasó a ser el sello de su inmediata política. El pueblo español tenía una larga tradición católica y Franco sabía que el apoyo de Roma sería una eficaz bandera de lucha.
El asentamiento de la democracia luego de la desaparición del caudillo, permitió la restitución y revaloración de los idiomas regionales, con el consiguiente resurgir de sus respectivas literaturas, cuando muchos talentosos escritores volvieron a usar su lengua vernácula como instrumento para la creación de sus obras. Esta revaloración, dijo el escritor, constituye un paso positivo hacia una sociedad que se enriquece al acrecentar su acervo cultural.
Al finalizar, el disertante respondió preguntas durante más de media hora. [Michael Gamarra]
Su tema fue el estado de las literaturas regionales de España (principalmente catalana, gallega y vasca), en el devenir histórico, su prohibición durante el franquismo y su posterior resurgimiento. Vázquez Montalbán sintetizó la historia de la literatura en dichas lenguas desde sus primeras manifestaciones, continuó con su evolución y sus períodos de brillo citando nombres de poetas y narradores muchos de los cuales eran desconocidos por la audiencia, pasando luego por el oscuro período que se inició al final de la guerra civil, cuando dichas lenguas fueron virtualmente prohibidas en todo el país. Luego se refirió a su recuperación al retornar la democracia a la Madre Patria, lo que permitió a muchos escritores catalanes, gallegos y vascos volver a expresarse con libertad en las lenguas de sus respectivas regiones.
Señaló el disertante que la literatura gallega, por ejemplo, se ha detacado a lo largo de la historia peninsular por su brillante lirismo, en la que han sobresalido poetas del calibre de Rosalía de Castro y tantos otros.
También destacó el conferenciante la importancia que en Barcelona tuvo la burguesía catalana a partir de finales del siglo 19 hasta las primeras décadas del 20, al propiciar el surgimiento de editoriales, ateneos, teatro, y eventos literarios y artísticos que crearon un ambiente favorable al desarrollo de una literatura en idioma catalán con una producción de gran valor.
La guerra civil, según Vázquez Montalbán, tuvo raíces más profundas que el mero enfrentamiento bélico entre militares y clero por un lado, y la masa obrera y campesina liderados por intelectuales republicanos y de izquierda por el otro. Había un establishment respaldado por la poderosa Iglesia Católica y por las clases altas, que no miraban con buenos ojos la influencia de tendencias sociales y políticas provenientes del extranjero que inevitablemente comenzaban a ser introducidas en España desde comienzos del siglo 20. "Hay quienes sostienen", dijo, "que ese siglo comenzó en 1917 con la revolución del proletariado ruso, y finalizó en 1980-90, con los sucesos de notoriedad en Europa y la desintegración de la URSS, por la influencia que dichos eventos han tenido para aquel continente y el resto del mundo".
El fin de la segunda guerra mundial con la derrota de los poderes que habían apoyado al franquismo, impulsó al caudillo a buscar una mayor aproximación al Vaticano, dijo el escritor, y la difusión del término "nacional-católico" pasó a ser el sello de su inmediata política. El pueblo español tenía una larga tradición católica y Franco sabía que el apoyo de Roma sería una eficaz bandera de lucha.
El asentamiento de la democracia luego de la desaparición del caudillo, permitió la restitución y revaloración de los idiomas regionales, con el consiguiente resurgir de sus respectivas literaturas, cuando muchos talentosos escritores volvieron a usar su lengua vernácula como instrumento para la creación de sus obras. Esta revaloración, dijo el escritor, constituye un paso positivo hacia una sociedad que se enriquece al acrecentar su acervo cultural.
Al finalizar, el disertante respondió preguntas durante más de media hora. [Michael Gamarra]
jueves, 28 de julio de 2011
Según El País global, peligra la "Semana Negra" de Gijón
TAIBO II EN ASTURIAS Luchas políticas hacen peligrar la realización de la Semana de la Novela Negra en Gijón (El País GLOBAL, jueves 28 de julio, 2011, primera plana).
•
Flor de Azalia
Flor de Azalia
EDUARDO SUÁREZ
La Semana Internacional de la Novela Negra de Gijón, la segunda en el mundo por su nivel organizativo, su resonancia y la alta calidad de lo que ofrece, está en peligro de ser cancelada. Pero para que se llegue a esto primero va a tener que sudar el Ayuntamiento entrante, de derecha.
Sucede que, aparte de los méritos mencionados, en tan sólo una década dicha Semana se erigió, aun sin proponérselo, en una escuela de empoderamiento —palabra rara ésta, choteada en México por los demagogos pero que viene aquí al caso porque connota la participación real y eficaz de los ciudadanos de a pie en la construcción democrática.
Tal es lo que se escenifica hoy en España:
En lo que atañe a todos (es decir, en todo aquello que ocurre en los planos de la política y la cultura), con la presencia contundente de la Indignación popular en las calles y plazas. Pero asimismo, en los acontecimientos pequeños: me refiero a los que tienen lugar en la esfera de la-moral-de-cada-uno y en el ámbito reservado de las relaciones familiares.
Tan es así, que si la derecha española, incluida la socialdemocracia, actuara con sensatez, debería estar pensando que el poder va a tener que compartirlo, más temprano que tarde, con segmentos cada vez más amplios de la población. De otro modo correría el riesgo de que la indignación militante se torne ira y que emprenda acciones que de veras le quiten lo engañoso a su “recambio”.
A nivel local, tampoco en Asturias cesan. Desde mediados de mayo se ha gestado una lucha creciente de otros de esos indignados, quienes demandan garantías de toda clase en beneficio de la Semana Internacional de la Novela Negra de Gijón.
Y por lo que toca al nivel de lo casi íntimo, una periodista catalana, escandalizada pero con su feminismo halagado, me dio cuenta del siguiente intercambio de frases entre dos colegas, una mujer y un hombre, quienes en una terraza degustaban café y no perdían detalle del plantón de enfrente, instalado en la Plaza Cataluña:
—¿Ves a aquéllos… ? —preguntó la reportera.
—¿Farnés?
—Sí; trajo a su esposa.
—Creí que se habían divorciado.
—No, y qué bueno, ¿o tú qué opinas?
—Pues no sé. Farnés por nada le ponía sus madrazos a Flor de Azalia…
—¿Por nada, dices? —lo interrumpió ella, subrayando deliberadamente, al pronunciarlas, las palabras “por” y “nada”.
—Bueno, quiero decir que él le pegaba… —“sin que ella diera motivo”, alcanzó aquél a susurrar en voz muy baja porque, aunque demasiado tarde, alcanzó a percatarse de que con su ampliación a lo dicho, su situación empeoraba.
La mujer lo atajó de nuevo.
—¡“Le pegaba”, Julián, pero se acabó! Ya no la maltrata.
—¿Segura, Beli? No creo que un hombre que le haya pegado a su mujer deje de hacerlo. No creo que un sujeto así cambie.
—Ah, ¿no? ¿Tú no cambiaste, Julián?
—¿Yo? —respondió éste. Había sido tomado por sorpresa y ahora agachaba la cabeza para tratar de ocultar cómo se le iba enrojeciendo la cara—. Yo sí, desde hace años, aunque supongo que no lo hice… no decidí cambiar por mí mismo, sino porque las circunstancias me obligaron. Pero fíjate que de nada valió: ¡sigo pagando las culpas de haberme portado así… como un canalla!
—No te engañes, Julián, ni te sigas tragando tus mentiras. Lo que me dices y como lo dices significa que en realidad no has cambiado. La única clave que puede funcionar para que tú y el resto de los machos como tú dejen de golpear a sus parejas no es que ustedes cambien o que prometan, siquiera, que van a tratar de cambiar, sino que cambiemos nosotras, las mujeres. No hay otra fórmula válida.
Como insistiera, la colega que me compartió este diálogo me reveló que la pareja en cuestión es mexicana. Frente a mi incredulidad, me proporcionó los nombres verdaderos de ella y de él. Yo los conozco. Recordé situaciones vividas no hacía mucho y —lleno de vergüenza “ajena” y propia— no me quedó más remedio que ofrecer disculpas y devolverle a mi amiga la confianza.
Forjé a solas la siguiente hipótesis:
El conservadurismo ateo o gazmoño, clerical, que predomina y que determina hasta este momento la mayoría de las formas de pensar de una proporción muy grande de la población, ha dado origen a que una especie de machismo se haya encaramado también en la política. Probablemente por eso aún se ven frustrados los mecanismos con que la sociedad mexicana ha intentado echar a andar, cada vez con peores resultados, nuestra de por sí menguada democracia.
Mi conclusión es que —al revés de las transformaciones favorables que eventualmente produzca en la etapa actual el movimiento de los Indignados españoles y europeos, y en contraste con el buen éxito que los asturianos logren tras de su batalla en defensa de la Semana Negra— los mexicanos de a pie, como la parte hasta ahora vulnerable del binomio sociedad-Estado, continuamos en la pasividad, a la espera de que las autoridades “recapaciten” y “cambien”.
En vez de esto, deberíamos tomar como ejemplo a Flor de Azalia. El movimiento encabezado por Javier Sicilia ya lo está intentando. Pero solo no basta. (Véase en los 3 comentarios de abajo el reportaje que apareció en El País global).
Sucede que, aparte de los méritos mencionados, en tan sólo una década dicha Semana se erigió, aun sin proponérselo, en una escuela de empoderamiento —palabra rara ésta, choteada en México por los demagogos pero que viene aquí al caso porque connota la participación real y eficaz de los ciudadanos de a pie en la construcción democrática.
Tal es lo que se escenifica hoy en España:
En lo que atañe a todos (es decir, en todo aquello que ocurre en los planos de la política y la cultura), con la presencia contundente de la Indignación popular en las calles y plazas. Pero asimismo, en los acontecimientos pequeños: me refiero a los que tienen lugar en la esfera de la-moral-de-cada-uno y en el ámbito reservado de las relaciones familiares.
Tan es así, que si la derecha española, incluida la socialdemocracia, actuara con sensatez, debería estar pensando que el poder va a tener que compartirlo, más temprano que tarde, con segmentos cada vez más amplios de la población. De otro modo correría el riesgo de que la indignación militante se torne ira y que emprenda acciones que de veras le quiten lo engañoso a su “recambio”.
A nivel local, tampoco en Asturias cesan. Desde mediados de mayo se ha gestado una lucha creciente de otros de esos indignados, quienes demandan garantías de toda clase en beneficio de la Semana Internacional de la Novela Negra de Gijón.
Y por lo que toca al nivel de lo casi íntimo, una periodista catalana, escandalizada pero con su feminismo halagado, me dio cuenta del siguiente intercambio de frases entre dos colegas, una mujer y un hombre, quienes en una terraza degustaban café y no perdían detalle del plantón de enfrente, instalado en la Plaza Cataluña:
—¿Ves a aquéllos… ? —preguntó la reportera.
—¿Farnés?
—Sí; trajo a su esposa.
—Creí que se habían divorciado.
—No, y qué bueno, ¿o tú qué opinas?
—Pues no sé. Farnés por nada le ponía sus madrazos a Flor de Azalia…
—¿Por nada, dices? —lo interrumpió ella, subrayando deliberadamente, al pronunciarlas, las palabras “por” y “nada”.
—Bueno, quiero decir que él le pegaba… —“sin que ella diera motivo”, alcanzó aquél a susurrar en voz muy baja porque, aunque demasiado tarde, alcanzó a percatarse de que con su ampliación a lo dicho, su situación empeoraba.
La mujer lo atajó de nuevo.
—¡“Le pegaba”, Julián, pero se acabó! Ya no la maltrata.
—¿Segura, Beli? No creo que un hombre que le haya pegado a su mujer deje de hacerlo. No creo que un sujeto así cambie.
—Ah, ¿no? ¿Tú no cambiaste, Julián?
—¿Yo? —respondió éste. Había sido tomado por sorpresa y ahora agachaba la cabeza para tratar de ocultar cómo se le iba enrojeciendo la cara—. Yo sí, desde hace años, aunque supongo que no lo hice… no decidí cambiar por mí mismo, sino porque las circunstancias me obligaron. Pero fíjate que de nada valió: ¡sigo pagando las culpas de haberme portado así… como un canalla!
—No te engañes, Julián, ni te sigas tragando tus mentiras. Lo que me dices y como lo dices significa que en realidad no has cambiado. La única clave que puede funcionar para que tú y el resto de los machos como tú dejen de golpear a sus parejas no es que ustedes cambien o que prometan, siquiera, que van a tratar de cambiar, sino que cambiemos nosotras, las mujeres. No hay otra fórmula válida.
Como insistiera, la colega que me compartió este diálogo me reveló que la pareja en cuestión es mexicana. Frente a mi incredulidad, me proporcionó los nombres verdaderos de ella y de él. Yo los conozco. Recordé situaciones vividas no hacía mucho y —lleno de vergüenza “ajena” y propia— no me quedó más remedio que ofrecer disculpas y devolverle a mi amiga la confianza.
Forjé a solas la siguiente hipótesis:
El conservadurismo ateo o gazmoño, clerical, que predomina y que determina hasta este momento la mayoría de las formas de pensar de una proporción muy grande de la población, ha dado origen a que una especie de machismo se haya encaramado también en la política. Probablemente por eso aún se ven frustrados los mecanismos con que la sociedad mexicana ha intentado echar a andar, cada vez con peores resultados, nuestra de por sí menguada democracia.
Mi conclusión es que —al revés de las transformaciones favorables que eventualmente produzca en la etapa actual el movimiento de los Indignados españoles y europeos, y en contraste con el buen éxito que los asturianos logren tras de su batalla en defensa de la Semana Negra— los mexicanos de a pie, como la parte hasta ahora vulnerable del binomio sociedad-Estado, continuamos en la pasividad, a la espera de que las autoridades “recapaciten” y “cambien”.
En vez de esto, deberíamos tomar como ejemplo a Flor de Azalia. El movimiento encabezado por Javier Sicilia ya lo está intentando. Pero solo no basta. (Véase en los 3 comentarios de abajo el reportaje que apareció en El País global).
martes, 26 de julio de 2011
Cherán. Una visión desde Atenco
Twitter: @EduardoSuarez_
COLABORACIÓN DE LUJO DE LA HOZ Y EL VIENTO (SIN CAMBIOS)
De la Comuna de París a la Comuna de Cherán
por Salvador Díaz Sánchez
por Salvador Díaz Sánchez
Cherán es una comuna donde la vida fluye como en una colmena. Baraúnda y rebelión. Ángeles guardianes y hadas nocturnales pululan por este espacio en lucha. Ir y venir de experiencias, intercambio de cosmovisiones, trajinar de argonautas en busca del vellocino de la libertad. Circulación interminable de sueños e ilimitado intercambio de palabras en movimiento permanente. Enjambre de imágenes nuevas cada día. Lugar seguro en la costa de lo infinito, defendido y custodiado de los vendavales que acechan como engendros de Satán. Frontera natural entre el bien común y el mal organizado. Encuentros inusitados, desencuentros amargos. Renovación constante de afanes y metas. Cherán es un puerto con un océano de vivencias que enriquecen a sus habitantes.
Pero de pronto me dan ganas de hacer una analogía con otros pueblos en rebeldía y vuelvo la mirada hacia atrás. Llegan a mí las imágenes de la historia como en diaporama. Se suceden paisajes revolucionarios de otros tiempos: veo, por supuesto a Atenco, que lo viví intensamente desde las tripas mismas del conflicto con mis valerosos compas; luego palpitan las aguerridas imágenes de los indios chiapanecos zapatistas combatiendo contra el ejército en los primeros días de 1994; después se deslizan lentamente las diapositivas de la epopeya de la APPO en 2006 y sus barricadas; pero de súbito se quedan en mi pantalla mental como daguerrotipos (que los hay), grabados (también los podemos encontrar) o dibujos de Gustavo Doré (que es de la época pero que no sé ilustró la revolución proletaria gala) o imágenes de Durero (que nunca dibujó ni de lejos el levantamiento francés), las vivencias nunca vividas pero sí soñadas, imaginadas y documentadas gráficamente de las barricadas de la Comuna de París.
Porque si en 1871 el pueblo pobre francés establece en jornadas memorables, mediante el voto universal, la Comuna de París a causa de un gobierno inexistente, en Cherán, en 2011, también crean con el voto popular emitido en forma tradicional su propia comuna, a causa de la inexistencia de un gobierno respetado y respetable que no supo defender a sus gobernados de los ataque de los talamontes que asolaban al pueblo desde el año de 2008. La unanimidad de esta decisión política le dio razón y fuerza a esta organización política, social, económica y cultural de este territorio montañoso michoacano.
Y si la Comuna parisiense ejerció el poder soberano y popular durante tres meses, los purépechas llevan ya más de tres meses ejerciendo el mismo poder. Al igual que la de París, la Comuna de Cherán es producto de extremas y complejas circunstancias que le han impreso un carácter muy especial.
Aquí confluyen distintos sectores sociales como los campesinos forestales, comerciantes, y artesanos, pero hay tres factores que le dan unidad y fuerza: su origen rural, su autodefensa contra los enemigos externos, y su lucha antielectoral.
1). Vida campesina. Los 20 mil cheranenses están vinculados a sus tierras y a sus montes, y la mayoría vive de ellos y de la agricultura, con costumbres, rituales, religión, fiestas y cultura ancestrales derivados de la relación con su espacio geográfico. Toda la población gira en torno a la tierra y el medio.
2). La autodefensa y expulsión de la delincuencia organizada. Su modo de vida y lazos comunitarios, que es decir lo mismo que sus bosques y sus tierras, su espacio común que implica también su aire y sus aguas y sus recursos naturales, se vio en peligro desde el mismo momento en que la delincuencia organizada arribó al pueblo para apropiarse de la fuente de sus ingresos: el bosque. Casi la mitad de sus montes han sido depredados, devastados e incendiados por los hampones que se instalaron (mediante el terror también organizado hacia la población civil) en esta joya de la meseta Purépecha.
El poder criminal se extendió hacia todo el municipio, asesinando, secuestrando y desapareciendo a los comuneros que se opusieron a la conflagración de sus bienes terrenales; además, de que ya cobraban “plaza” (extorsión disfrazada de la venta de “seguridad” a los comerciantes para que estos puedan trabajar tranquilamente) y cometían abusos por toda los barrios del municipio.
3). Lucha antielectoral y organización política. A pesar de que existen los tradicionales actores de la política marrullera de los partidos registrados, la absoluta mayoría de los cheranitas decidió no permitir las elecciones de noviembre por la gubernatura michoacana. Conocen bien las conductas de sus adversarios y con base en eso plantean la instauración de un municipio autónomo donde los partidos no deshonren la vida comunitaria ni las normas y costumbres indígenas. Rompiendo así ese orden burgués que los había llevado a una situación insostenible.
Al igual que la Comuna de París, donde ésta disolvió el ejército, en Cherán diluyeron la policía municipal y han constituido una policía popular (como en algunas regiones de Guerrero), llamada Ronda Comunitaria, surgida desde la entraña misma de las relaciones indígenas comunitarias, un cuerpo de elite seleccionado de jóvenes intachables que cumplen la función de resguardar el orden y conferirles seguridad a los comuneros en lucha y en funciones de autodefensa de los ataques, extorsiones, secuestros y asesinatos por parte de la delincuencia organizada. Por supuesto, “en este pueblo no hay ladrones” de ninguna especie, no hay un solo robo, abuso o injusticia. A diferencia de los merolicos de los medios locales michoacanos y algunos noticieros televisivos nacionales que afirman que la población vive encarcelada en su propio pueblo, los comuneros viven en una especie de oasis social con la tranquilidad y armonía que ya quisieran en otros lugares asediados por la criminalidad y la delincuencia. Al igual que la Comuna de París, la de Cherán ha resquebrajado el aparato burocrático gubernamental y se ha organizado de acuerdo a su cultura y tradiciones ejerciendo las labores sociales de los funcionarios gubernamentales mediante comuneros voluntarios sin sueldo ni pago por prestación alguna.
Desde abril, las clases fueron suspendidas en todo el municipio y ahora realizan cursos y talleres por instructores que no reciben retribución económica. Algunos pobladores aseguran que los niños aprenden más en las fogatas, en las acciones colectivas y labores sociales que en las aulas oficiales. Pero lo que le ha dado una impronta indeleble a la Comuna de Cherán es la puesta en marcha de una medida que le ha dado honra y prez a este movimiento de autodefensa: la ley seca. Está prohibida la venta de bebidas alcohólicas y no se permite que alguien beba en las calles de la comuna so pena de encarcelamiento preventivo y una multa que se paga con trabajo comunitario como barrer la calle o pintar paredes. Por cierto han desaparecido los grafitis tan comunes en todos los caseríos del país. Sólo una pequeña concesión se ha hecho en la rigurosa ley seca, se trata de los “escuadrones de la muerte”, enfermos alcohólicos que en verdad necesitan su dosis periódica que les evita el sufrimiento innecesario.
Desde luego, quien se encarga de poner en orden a los transgresores de dicha ley es la Ronda Comunitaria quien se ha ganado el respeto de tirios y troyanos. Al igual que la Comuna de París, de origen proletario, la comuna michoacana, de raíces campesinas, es un movimiento de masas que ha fortalecido los inquebrantables y mágicos vínculos comunitarios, lo que ha dado cohesión a las acciones colectivas de autodefensa y autoorganización, manifestado en el alto grado de participación y compromiso colectivo de los hijos e hijas de la gleba y de los bosques.
Pero, a diferencia de la Comuna de París, ciertamente la Comuna de Cherán no atenta contra el Estado como los patriotas franceses, pues éste se ha declarado incompetente para resolver las contradicciones sociales, como lo ha reconocido Felipe Calderón públicamente, y como lo han confirmado los gobiernos Estatal, Federal y Municipal que han exhibido su cínica complacencia o complicidad con el crimen organizado, esto es una verdad que se oculta tras de los demagógicos discursos oficiales que hablan del combate a la delincuencia, he aquí una diferencia con el movimiento francés, los cheranenses no combaten frontalmente al Estado, sino a la inoperancia y obsolescencia de un Estado capitalista burgués que no resiste ya el cáncer de la corrupción, lo cual le imprime de por sí un tinte anticapitalista, lo cual lo iguala en importancia a otros movimientos anticapitalistas que ocurren en otras partes del mundo como en España, Chile o Grecia, aunado a que no hay cargos de dirección y las decisiones políticas suben desde el seno familiar a las 189 fogatas existentes (trincheras en cada cuadra o manzana de los barrios), después de las fogatas a la asamblea del barrio (cuatro barrios) y de ahí a la Asamblea General del Pueblo. Existe un consejo comunal que cumple las funciones ejecutivas que delega en comisiones las tareas de organización cultural, política, económica y social.
Al paso del tiempo, la Comuna de Cherán ha logrado terminar con la desconfianza y la incertidumbre entre sus integrantes, y casi ha recuperado su ritmo de vida normal.
El comercio prácticamente se ha normalizado y muchos campesinos han salido cautelosamente a cultivar sus campos donde el resguardo de la ronda comunitaria ha mantenido alejada a la banda de delincuentes y se ha perdido el miedo inicial; aunque, cierto es que muchas familias sí han resentido esta crítica situación y dependen del apoyo en despensas que reciben de organizaciones fraternas.
Pero, aun con todas las carencias propias de la inestabilidad económica, el autogobierno se ha fortalecido mediante las discusiones colectivas, porque en cada una de las fogatas y las barricadas se deciden cotidianamente los pasos a seguir, las acciones a realizar, la rotación de las comisiones, el relevo de las guardias, el desplazamiento de los rondines, las actividades de limpieza, etcétera.
Todo ello ha reforzado la conciencia de clase y le ha conferido al movimiento un sello democrático que empieza a ganar presencia como un movimiento señero y ejemplar, baluarte de la resistencia popular y símbolo de lucha que ha trascendido local, regional, nacional y hasta internacionalmente, habida cuenta que su enseñanza fundamental ha demostrado a los políticos corruptos de todos los niveles y aun a los sectores de la izquierda “moderada” y electorera, de que hay otras formas de “hacer” política sin necesidad de que los amos de los trastupijes, príncipes de la mofa, señores de los cabildeos y tiburones de la política ramplona, se los traguen mediante la demagogia de la “democracia” tutelada. Los comuneros de Cherán han optado por vivir dignamente y autogobernarse con la fuerza que les otorga la conciencia comunitaria que es la forma más alta de la conciencia global, porque ésta ama al mundo y a la naturaleza que permite la convivencia en una forma horizontal.
Este ensayo de poder popular, libre y soberano, lleva dentro de sí la simiente de otro mundo donde caben otros mundos.
Ésta es la gran enseñanza de la Comuna de Cherán. ¿Qué sigue? La solidaridad de todos y cada uno de los seres que tienen principios igualitarios, de todos aquellos que pugnan por hacer de este mundo un mundo donde la justicia reine sobre las ambiciones personales y donde la sociedad civil dignifique la práctica de eso que los charlatanes falsamente llaman la política, pero que sólo usan como trampolín. Para que ésta, la política, se transforme en una democracia popular y que la masa y la plebe, el pueblo trabajador, sean los beneficiarios auténticos de la riqueza social.
Pero de pronto me dan ganas de hacer una analogía con otros pueblos en rebeldía y vuelvo la mirada hacia atrás. Llegan a mí las imágenes de la historia como en diaporama. Se suceden paisajes revolucionarios de otros tiempos: veo, por supuesto a Atenco, que lo viví intensamente desde las tripas mismas del conflicto con mis valerosos compas; luego palpitan las aguerridas imágenes de los indios chiapanecos zapatistas combatiendo contra el ejército en los primeros días de 1994; después se deslizan lentamente las diapositivas de la epopeya de la APPO en 2006 y sus barricadas; pero de súbito se quedan en mi pantalla mental como daguerrotipos (que los hay), grabados (también los podemos encontrar) o dibujos de Gustavo Doré (que es de la época pero que no sé ilustró la revolución proletaria gala) o imágenes de Durero (que nunca dibujó ni de lejos el levantamiento francés), las vivencias nunca vividas pero sí soñadas, imaginadas y documentadas gráficamente de las barricadas de la Comuna de París.
Porque si en 1871 el pueblo pobre francés establece en jornadas memorables, mediante el voto universal, la Comuna de París a causa de un gobierno inexistente, en Cherán, en 2011, también crean con el voto popular emitido en forma tradicional su propia comuna, a causa de la inexistencia de un gobierno respetado y respetable que no supo defender a sus gobernados de los ataque de los talamontes que asolaban al pueblo desde el año de 2008. La unanimidad de esta decisión política le dio razón y fuerza a esta organización política, social, económica y cultural de este territorio montañoso michoacano.
Y si la Comuna parisiense ejerció el poder soberano y popular durante tres meses, los purépechas llevan ya más de tres meses ejerciendo el mismo poder. Al igual que la de París, la Comuna de Cherán es producto de extremas y complejas circunstancias que le han impreso un carácter muy especial.
Aquí confluyen distintos sectores sociales como los campesinos forestales, comerciantes, y artesanos, pero hay tres factores que le dan unidad y fuerza: su origen rural, su autodefensa contra los enemigos externos, y su lucha antielectoral.
1). Vida campesina. Los 20 mil cheranenses están vinculados a sus tierras y a sus montes, y la mayoría vive de ellos y de la agricultura, con costumbres, rituales, religión, fiestas y cultura ancestrales derivados de la relación con su espacio geográfico. Toda la población gira en torno a la tierra y el medio.
2). La autodefensa y expulsión de la delincuencia organizada. Su modo de vida y lazos comunitarios, que es decir lo mismo que sus bosques y sus tierras, su espacio común que implica también su aire y sus aguas y sus recursos naturales, se vio en peligro desde el mismo momento en que la delincuencia organizada arribó al pueblo para apropiarse de la fuente de sus ingresos: el bosque. Casi la mitad de sus montes han sido depredados, devastados e incendiados por los hampones que se instalaron (mediante el terror también organizado hacia la población civil) en esta joya de la meseta Purépecha.
El poder criminal se extendió hacia todo el municipio, asesinando, secuestrando y desapareciendo a los comuneros que se opusieron a la conflagración de sus bienes terrenales; además, de que ya cobraban “plaza” (extorsión disfrazada de la venta de “seguridad” a los comerciantes para que estos puedan trabajar tranquilamente) y cometían abusos por toda los barrios del municipio.
3). Lucha antielectoral y organización política. A pesar de que existen los tradicionales actores de la política marrullera de los partidos registrados, la absoluta mayoría de los cheranitas decidió no permitir las elecciones de noviembre por la gubernatura michoacana. Conocen bien las conductas de sus adversarios y con base en eso plantean la instauración de un municipio autónomo donde los partidos no deshonren la vida comunitaria ni las normas y costumbres indígenas. Rompiendo así ese orden burgués que los había llevado a una situación insostenible.
Al igual que la Comuna de París, donde ésta disolvió el ejército, en Cherán diluyeron la policía municipal y han constituido una policía popular (como en algunas regiones de Guerrero), llamada Ronda Comunitaria, surgida desde la entraña misma de las relaciones indígenas comunitarias, un cuerpo de elite seleccionado de jóvenes intachables que cumplen la función de resguardar el orden y conferirles seguridad a los comuneros en lucha y en funciones de autodefensa de los ataques, extorsiones, secuestros y asesinatos por parte de la delincuencia organizada. Por supuesto, “en este pueblo no hay ladrones” de ninguna especie, no hay un solo robo, abuso o injusticia. A diferencia de los merolicos de los medios locales michoacanos y algunos noticieros televisivos nacionales que afirman que la población vive encarcelada en su propio pueblo, los comuneros viven en una especie de oasis social con la tranquilidad y armonía que ya quisieran en otros lugares asediados por la criminalidad y la delincuencia. Al igual que la Comuna de París, la de Cherán ha resquebrajado el aparato burocrático gubernamental y se ha organizado de acuerdo a su cultura y tradiciones ejerciendo las labores sociales de los funcionarios gubernamentales mediante comuneros voluntarios sin sueldo ni pago por prestación alguna.
Desde abril, las clases fueron suspendidas en todo el municipio y ahora realizan cursos y talleres por instructores que no reciben retribución económica. Algunos pobladores aseguran que los niños aprenden más en las fogatas, en las acciones colectivas y labores sociales que en las aulas oficiales. Pero lo que le ha dado una impronta indeleble a la Comuna de Cherán es la puesta en marcha de una medida que le ha dado honra y prez a este movimiento de autodefensa: la ley seca. Está prohibida la venta de bebidas alcohólicas y no se permite que alguien beba en las calles de la comuna so pena de encarcelamiento preventivo y una multa que se paga con trabajo comunitario como barrer la calle o pintar paredes. Por cierto han desaparecido los grafitis tan comunes en todos los caseríos del país. Sólo una pequeña concesión se ha hecho en la rigurosa ley seca, se trata de los “escuadrones de la muerte”, enfermos alcohólicos que en verdad necesitan su dosis periódica que les evita el sufrimiento innecesario.
Desde luego, quien se encarga de poner en orden a los transgresores de dicha ley es la Ronda Comunitaria quien se ha ganado el respeto de tirios y troyanos. Al igual que la Comuna de París, de origen proletario, la comuna michoacana, de raíces campesinas, es un movimiento de masas que ha fortalecido los inquebrantables y mágicos vínculos comunitarios, lo que ha dado cohesión a las acciones colectivas de autodefensa y autoorganización, manifestado en el alto grado de participación y compromiso colectivo de los hijos e hijas de la gleba y de los bosques.
Pero, a diferencia de la Comuna de París, ciertamente la Comuna de Cherán no atenta contra el Estado como los patriotas franceses, pues éste se ha declarado incompetente para resolver las contradicciones sociales, como lo ha reconocido Felipe Calderón públicamente, y como lo han confirmado los gobiernos Estatal, Federal y Municipal que han exhibido su cínica complacencia o complicidad con el crimen organizado, esto es una verdad que se oculta tras de los demagógicos discursos oficiales que hablan del combate a la delincuencia, he aquí una diferencia con el movimiento francés, los cheranenses no combaten frontalmente al Estado, sino a la inoperancia y obsolescencia de un Estado capitalista burgués que no resiste ya el cáncer de la corrupción, lo cual le imprime de por sí un tinte anticapitalista, lo cual lo iguala en importancia a otros movimientos anticapitalistas que ocurren en otras partes del mundo como en España, Chile o Grecia, aunado a que no hay cargos de dirección y las decisiones políticas suben desde el seno familiar a las 189 fogatas existentes (trincheras en cada cuadra o manzana de los barrios), después de las fogatas a la asamblea del barrio (cuatro barrios) y de ahí a la Asamblea General del Pueblo. Existe un consejo comunal que cumple las funciones ejecutivas que delega en comisiones las tareas de organización cultural, política, económica y social.
Al paso del tiempo, la Comuna de Cherán ha logrado terminar con la desconfianza y la incertidumbre entre sus integrantes, y casi ha recuperado su ritmo de vida normal.
El comercio prácticamente se ha normalizado y muchos campesinos han salido cautelosamente a cultivar sus campos donde el resguardo de la ronda comunitaria ha mantenido alejada a la banda de delincuentes y se ha perdido el miedo inicial; aunque, cierto es que muchas familias sí han resentido esta crítica situación y dependen del apoyo en despensas que reciben de organizaciones fraternas.
Pero, aun con todas las carencias propias de la inestabilidad económica, el autogobierno se ha fortalecido mediante las discusiones colectivas, porque en cada una de las fogatas y las barricadas se deciden cotidianamente los pasos a seguir, las acciones a realizar, la rotación de las comisiones, el relevo de las guardias, el desplazamiento de los rondines, las actividades de limpieza, etcétera.
Todo ello ha reforzado la conciencia de clase y le ha conferido al movimiento un sello democrático que empieza a ganar presencia como un movimiento señero y ejemplar, baluarte de la resistencia popular y símbolo de lucha que ha trascendido local, regional, nacional y hasta internacionalmente, habida cuenta que su enseñanza fundamental ha demostrado a los políticos corruptos de todos los niveles y aun a los sectores de la izquierda “moderada” y electorera, de que hay otras formas de “hacer” política sin necesidad de que los amos de los trastupijes, príncipes de la mofa, señores de los cabildeos y tiburones de la política ramplona, se los traguen mediante la demagogia de la “democracia” tutelada. Los comuneros de Cherán han optado por vivir dignamente y autogobernarse con la fuerza que les otorga la conciencia comunitaria que es la forma más alta de la conciencia global, porque ésta ama al mundo y a la naturaleza que permite la convivencia en una forma horizontal.
Este ensayo de poder popular, libre y soberano, lleva dentro de sí la simiente de otro mundo donde caben otros mundos.
Ésta es la gran enseñanza de la Comuna de Cherán. ¿Qué sigue? La solidaridad de todos y cada uno de los seres que tienen principios igualitarios, de todos aquellos que pugnan por hacer de este mundo un mundo donde la justicia reine sobre las ambiciones personales y donde la sociedad civil dignifique la práctica de eso que los charlatanes falsamente llaman la política, pero que sólo usan como trampolín. Para que ésta, la política, se transforme en una democracia popular y que la masa y la plebe, el pueblo trabajador, sean los beneficiarios auténticos de la riqueza social.
enviado por lahozyelviento
La palabra sin acción es vacía,
la acción sin palabra es ciega,
la palabra y la acción, fuera del espíritu
de la comunidad, es la muerte.
la acción sin palabra es ciega,
la palabra y la acción, fuera del espíritu
de la comunidad, es la muerte.
DOCUMENTO DISTRIBUIDO POR EL MOVIMIENTO CIUDADANO INDEPENDIENTE “¡YA BASTA!”
Por un pueblo libre de ignorancia y corrupción
Suscribirse a:
Entradas (Atom)