sábado, 3 de septiembre de 2011

El "santo niño" Fidencio, Calles y las devotas dinamiteras de Cristo Rey

Polvo es una novela histórica que de algún modo anuncia lo que puede volver a ocurrir.

A mí me llegaron al alma los trazos que Benito Taibo hizo para mostrarnos cómo eran los amos del Acapulco de entonces. Antecesores, por cierto, de los señores de hoy, de horca y cuchillo, quienes pretenden, pero para todo el país, la restauración del antiguo régimen priista con su ingente esquema de dominación basado en la corrupción —¡más corrupción!— y en el derramamiento de sangre. Mucha más sangre para mantener contentos a los gringos.

Sin embargo, lo que más me impactó, se los confieso, fue Juan R. Escudero; su estatura moral. Su gran rol en la historia de este país, aunque prácticamente este héroe enorme sólo sea recordado hoy por la gente ilustrada y, desde luego, en los círculos de los sindicalistas aún limpios y entre las familias de los nuevamente empobrecidos trabajadores de Acapulco.

Juan Ranulfo Escudero era como el león aquel dispuesto para saltar, imaginado por el ayudante del edil dentro del pecho de ese mismo presidente municipal.

"Polvo", novela de Benito Taibo en la Feria del Libro de Pachuca

Presentación de la primera novela de Benito Taibo en
la Feria del Libro Universitario
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Viernes 2 de septiembre, 2011

EDUARDO SUÁREZ

Cuando una nación entera se avergüenza
es león que se agazapa para saltar.
Carlos Marx

UNA DE LAS DEFINICIONES MÁS ACEPTADAS ACERCA DE LA NOCIÓN DE locura es “insistencia en hacer algo o insistencia en actuar de determinada manera, aunque el haber hecho antes ese algo o el haber asumido antes esa misma manera de actuación —o de NO actuación— nos haya arrojado siempre los mismos resultados funestos”. Quizás radica aquí la razón por la cual Benito Taibo insiste, a través de su novela titulada Polvo, en que México es un país donde “nadie habla y a pesar de ello se escuchan por doquier sordos sollozos”.

En medio de esta circunstancia demencial que bien describe, el autor hace que uno de los personajes de su libro, un reportero sin nombre, se suba a un tren. Que viaje en ferrocarril de México a Espinazo, pueblito éste del estado de Nuevo León (en la parte noreste de la República), y que durante el trayecto se desplace desde el primer vagón del “expreso” hasta el último (inclusive un carro más allá detrás del cabús): un vagón destinado a enfermos contagiosos, graves -dándole así la oportunidad al periodista, o sea al personaje creado por Taibo, de que analice in situ los estratos de los que está compuesta nuestra convulsa nación.

Aquello es igual que transitar “por los nueve círculos” dantescos. Y “así”, ejemplifico, dice:

La tercera clase dista mucho en comodidades de las dos primeras; los bancos [donde los pasajeros toman asiento] son de madera sin forrar. Huele mucho peor. Las gallinas, los cerdos y los guajolotes campean a sus anchas, y las mujeres y niños que duermen en el suelo allí mismo hacen sus necesidades.

Como sea, el artilugio literario es válido. En una sociedad cruel en extremo, como la que padecemos nosotros (que premia a neuróticos-NO-lusers-sino-“triunfadores” y que eleva al poder a los ambiciosos pero no en atención a sus virtudes, sino en función de su vulnerabilidad moral, su incapacidad intelectual y sus defectos), Benito Taibo nos recuerda que los desposeídos de México hemos dejado de hablar desde el día en que nos dimos cuenta que allá arriba, donde se dictan los destinos nacionales y locales, nadie está interesado en escucharnos.

Que, por lo visto, “el silencio es el acompañante perpetuo de nuestra raza. A veces por obligación, las más de las ocasiones por prudencia, [pero] siempre conteniendo la rabia”.

Se mueve Taibo, Benito, en la época de la Cristiada, cuando ciertos sacerdotes católicos convencían a las mujeres más devotas a viajar en ferrocarril con cartuchos de dinamita escondidos entre sus calzones y cuando el presidente Calles desató una cruenta persecución religiosa. Mezcla podrida la del jacobinismo oficial y el triste afán de soliviantar a la masa, tan propio de la alta jerarquía eclesiástica.

Con vigor inusitado en lo que es una primera novela, Polvo nos hace que también volteemos la vista hacia otros atavismos perniciosos. Como el que se hace presente —pongo un caso— a través de la figura del “santo niño” Fidencio. Pero insufla dosis de optimismo y oxigena —mediante la vida ejemplar de Juan Ranulfo Escudero, el sindicalista guerrerense que fundó el primer municipio socialista que hubo en nuestro país: el de Acapulco— el ánimo de quienes aún sueñan (lo hacen luchando) en la posibilidad del comunismo libertario y la justicia con dignidad.

Leo en la página 254 y siguientes:

Lunes 6 de febrero de 1928 […] Hoy el vagón de los enfermos ha depositado en Espinazo una carga insólita. Han bajado de uno a uno, muy serios y formados en fila india, cincuenta hombres barbados a los cuales, sin excepción, les falta la pierna derecha. Si no fuera un hecho verdaderamente dramático, movería a risa, podrían aparecer en una película de Harry Langdon o de los Keystone Kops. Es probable que sean militares; sólo miran hacia el frente y van apoyando la muleta idéntica a un ritmo y con una sincronización que delata su origen. Tal vez vengan de paseo. Dudo enormemente que las curaciones que aquí se realizan puedan ayudar a que crezcan piernas donde sólo hay hoy carne talada. Me conmueve la ingenuidad de algunos y ya no me sorprende en absoluto la mala fe de otros que andan ofreciendo imposibles en esta supuesta tierra prometida. Supe por los diarios que hay una agencia de viajes en la ciudad de México que ofrece unos pomposos "paquetes curativos" de una semana a unos precios estratosféricos.
Veo que Casillas está de pie escrutando el horizonte con una muy singular concentración y me le acerco sin hacer demasiado ruido.
—¿Qué pasó, amigo?, ¿cuándo se marcha? —le digo sacándolo de su ensimismamiento.
—¿A dónde? —responde inmediatamente.
—Vi que anda ordenando sus cosas. ¿O es nomás por hacendoso?
Ante la evidencia, saca dos cigarrillos ya liados del chaleco y me ofrece uno mientras asiente con la cabeza.
—Ya casi terminé lo que vine a hacer aquí. Todavía hay un mundo por descubrir.
—Me parece que yo también estoy acabando lo que vine a hacer; no hay mucho más por contar, temo que mis lectores acaben odiándome. Es realmente difícil ser objetivo cuando pasan cosas tan extrañas a tu alrededor.
—¿Está dudando de sus convicciones?
—No, no es eso. Lo cierto es que ciertas situaciones y eventos me resultan del todo inexplicables. Y justamente no quiero pecar de ingenuo. Tal vez me falten conocimientos para relatar de manera clara lo que aquí sucede.
—O le falte fe, mi amigo.
Me quedé callado, no era un tema que quisiera discutir con él ni con nadie. En cambio, señalé a las vías del tren al tiempo que con la otra mano me hacía visera sobre los ojos.
Reverberando en pleno mediodía notaba una figura vestida de blanco, a la cual desde nuestra posición era imposible reconocer pero que caminaba con la cabeza gacha sobre los durmientes.
—Sea quien fuere, morirá de calor —dije.
—Sea quien fuere, no debería estar allí —y su voz sonó con una frialdad que a mí, a pesar del intenso sofoco, casi se me hiela los huesos.
Echó a andar hacia la figura y ante la intensidad con la que pronunció esas últimas palabras me quedé en mi sitio de gayola de sol, muy quieto, para esperar el desenlace de un acontecimiento del que no entendía absolutamente nada. Casillas hablaba con la figura y conforme pasaban los segundos manoteó un par de veces en el aire. El encuentro fue muy breve. La figura blanca volvió repentinamente hacia la casa grande, y Casillas, sudando a mares, regresó hasta nuestro privilegiado observatorio.
—¿Problemas? —pregunté mientras escupía una brizna de hierba.
—No particularmente. Creo que llegó el momento de contarle la verdad. Solicito de usted la más absoluta secrecía en aras de esta amistad que hemos forjado a lo largo de los días —dijo muy serio, guardando su habitual sonrisa en uno de los bolsillos del chaleco.
Dio entonces un trago largo de agua de una de las tazas de peltre, como preparándose para emitir un discurso. Lo miro como quien ve por primera vez a un rinoceronte, con curiosidad pero con extrema cautela ante el tamaño y la coraza del animal.
—Usted es gente de bien, gente de fiar. A pesar de ser periodista, tiene sensibilidad para saber qué contar y qué no. Tiene discernimiento.
Hizo una pausa y luego me soltó de golpe:
—Pasado mañana llegará a Espinazo el presidente Plutarco Elías Calles.
Si el silencio pudiera escucharse, en esta ocasión hubiera sonado como la [obertura]1812, con cañonazos y todo. Bullían en mi cabeza uno y mil pensamientos. Atiné, a duras penas, a preguntar:
—¿Van a cerrar el lugar?
—Todo lo contrario, amigo. Viene a buscar remedio para sus males. Tiene cita con el Niño Fidencio.
Casillas miró hacia los lados asegurándose de que estuviéramos solos, a pesar de estar en uno de los lugares más concurridos de la Tierra.
—Y yo vine a la vanguardia para asegurarme de que la visita transcurra en tranquilidad —dijo.
Asentí en silencio. El supuesto pintor de milagros pertenecía a los servicios secretos del gobierno de la República y estaba aquí en una misión. Yo no estaba seguro de querer escuchar la historia completa acerca de su enrolamiento, ni de lo que hasta ahora había descubierto. Era un policía y mi relación con la policía es de todos bien conocida. Pero también es cierto que ya se había vuelto una especie de amigo, lo más cercano a un amigo que yo haya tenido en mi vida.
En aras de ese vínculo con el que los hombres ponemos en manos de otros un trozo del alma y del corazón, me resigné a ser una vez más custodio de secretos incómodos. Así me enteré de que el demonio iba a venir a ver al santo. Menudo encuentro que, si no fuera por lo convulsionado del país y la cantidad de sangre derramada hasta el momento, incluso podría mover a risa o parecer ridículo.
El representante de un Estado laico, furibundo defensor de esa laicidad, enemigo acérrimo del clero, venía a ponerse en las manos de Dios.


SI PARA REFERIRSE al poeta universal César Vallejo, el intelectual peruano, comunista, José Carlos Mariátegui escribió que “su mensaje está en él”, para aludir aquí al escritor mexicano Benito Taibo y a su primera novela, titulada (ya lo dije) Polvo, hay que sugerir —por lo menos, para hacer homenaje a la verdad— que su mensaje está en ambos: en la novela y en su autor-poeta, pues aunque abundan poetas y hacedores de libros dizque de narrativa que alquilan su pluma o de plano ellos mismos son conservadores, la poesía siempre es revolucionaria.

Y Polvo, la primera novela del poeta Benito Taibo Mahojo, es —sin exageraciones— subversiva. No en balde nuestro Paco Ignacio Taibo II ha declarado que

Una buena novela dura más que un orgasmo, bastante más que una larga película, y tiene la virtud de hacerte ver el mundo con los ojos de otro. Ofrece información en profundidad acerca de un tejido social, explora los paisajes humanos y contiene material estimulante para la imaginación. Es, quizás, el acto cultural más subversivo con que contamos.


CON ESA RABIA que contagia a su público pero que en la medida en que avanza la lectura va traduciéndose en amor genuino por la humanidad, por la tierra que nos ha visto nacer y por los desposeídos, Benito Taibo como que nos va recordando que las siete cosas que más le han costado a nuestro pueblo son:
la pierna de Antonio López de Santa Anna
el brazo de Álvaro Obregón
la cleptomanía de Miguel Alemán Valdez y de casi la totalidad de los jerarcas priistas
el delirio genocida de Díaz Ordaz, Echeverría y Carlos Salinas
el nepotismo de José López Portillo y la señora Martha Sahagún de Fox
las concesiones televisivas a favor de Azcárraga y Salinas Pliego
y el cinismo parlanchín de obispos como Sandoval Íñiguez, Rivera y, ¡cómo no!, Onésimo Cepeda Silva —este último de Ecatepec, Estado de México.

Leo en la página 102 y después —a manera de digresión momentánea, sólo para apostillar— en la página 99:

La Luz del Pacífico tiene treinta y dos empleados, de los cuales veinte son mujeres. Los conté de a uno por uno a la salida de la fábrica que no era más que un enorme galerón por la zona de la recién creada colonia Juárez (en el municipio de Acapulco, estado de Guerrero). Una vendedora de tuba me confió las desgracias a que estaba sometida esa insólita tribu que trabajaba de sol a sol por míseros salarios y también me fui enterando poco a poco de las terribles condiciones en las que, sumidos en un calor infernal sumado al que de por sí hay en el trópico, hacían velas, veladoras, cirios y ceras. Sólo tenían permiso de beber agua una vez cada hora y estaba estrictamente prohibido salirse del lugar de trabajo asignado a cada obrero u obrera antes de que hubiese concluido la jornada laboral de por lo menos 12 horas consecutivas de duración.
El patrón era un tal Sáenz, hijo de gallegos… Un par de matones, el Chuy y el Coco, eran los encargados de mantener el orden cada vez que se daba el más mínimo reclamo. Generalmente las cosas se recomponían con un par de garrotazos, pero hace un par de meses el primer instigador de la creación del sindicato, Casimiro Bulnes, había desaparecido misteriosamente. Hablé con su esposa y…

¡Y ya sabemos: nada más que resignación bendita! Ni una pizca de santa rebeldía; ni un reclamo de justicia terrenal. Nada.


LA RESIGNACIÓN ES "como un mal que azota a nuestra tierra", leo en el texto, “como si de una plaga se tratase”.

Tiene que ver —me imagino y en esto le doy la razón a Benito Taibo— con los muchos años de dominio colonial español. Con la insistencia machacona y dominical, repetida en los púlpitos de las iglesias para loar a la mansedumbre y poner-la-otra-mejilla a la hora de los agravios:

Ni la gesta independiente ni después una revolución con más de un millón de muertos han logrado quitarnos de encima esa culpa que no nos merecemos. No somos más que ovejas caminando rumbo al matadero, balando estupideces. Y cada vez que aparece una oveja negra, como Casimiro Bulnes, ni siquiera [le permiten llegar] al matadero: una barranca profunda, una playa sucia, cualquiera, sirven para darle fin.

No obstante, Benito Taibo, que ha leído —como yo un poquito— al “viejo topo”, alcanza a ver que cuando una nación entera se avergüenza es león que se agazapa para saltar:

Acapulco [a comienzos de la década de los años veinte del siglo pasado; páginas 30 y 31 de la novela Polvo] estaba en manos de un grupo de oscuros comerciantes españoles que se habían hecho de oro con la complacencia de autoridades civiles, militares y religiosas. Explotadores que obligaban a descargar barcos mercantes de sol a sol por pagas miserables y dueños de todas las tiendas de ultramarinos y avituallamiento del puerto, y que daban o quitaban crédito a conveniencia.
Las pocas veces que se levantaba una voz de protesta, no era difícil que a la mañana siguiente el dueño de la misma voz apareciera con un tiro en la cabeza por el rumbo de la playa de Caleta con los ojos mordidos por los peces.
[Aquéllos, los que pagaban a los asesinos] eran los dueños de todo [en Acapulco] desde que la nao de Manila apareció por primera vez en la bocana. Con una mano repartían cochupos y prebendas y con la otra se santiguaban en la catedral todos los domingos sin falta.

Nos cuenta el autor (pp. 103-104) que, sin embargo, el día en que Juan Ranulfo Escudero estaba recibiendo el informe acerca de la condición infrahumana a la cual habían sido reducidos los obreros y obreras de La Luz del Pacífico

[primero se mantuvo escuchando] en el más absoluto de los silencios, dejando caer las cenizas de un purito en el cenicero que adornaba la mesa del presidente municipal del puerto de Acapulco.
A veces asentía con la cabeza y hacía un pequeño ruido con la garganta, como si de un gruñido se tratara, como si en su pecho viviera un enorme animal que estuviera a punto de despertar y pudiera saltar, rompiendo su camisa de algodón, para comerse de dos tarascazos a todos los dueños de todas las fábricas del mundo, para venir así a poner un poco de justicia en este páramo […]
—Vete con Valentín, Pérez Campa y dos o tres más, por instrucciones mías, a formalizar el sindicato. Planten una mesa en la puerta de la fábrica, pongan papeletas y una urna, que los trabajadores voten en secreto. Levanten un acta y den posesión al nuevo comité. Si el patrón o sus esbirros intentan algo, vuelvan aquí y llévense a dos o tres policías. Si las cosas se salen de madre, lleven también a un notario para que dé fe de los hechos. Vayan armados. ¿Preguntas? —dijo Escudero.
—Sí, una, ¿de dónde saco la urna? —interrogué yo, preocupado, pues todavía me consideraba a mí mismo un sindicalista imberbe, un chamaco decidido pero novatón.

Quien formuló esta pregunta acerca de la dichosa urna y acerca del lugar en donde obtenerla, fíjense ustedes, fue ni más ni menos el muchacho que más adelante, en la novela, descubriremos convertido en el reporter asignado por su diario para escribir un artículo (o varios) sobre el “santo niño” Fidencio, sus milagros reales o ficticios, etcétera…

Pues bien, a este sindicalista aún jovencito le habría respondido Escudero, en Acapulco, lo que enseguida les voy a leer:

—[Tómala] de donde sea. Una caja, una sopera, un sombrero sirve como urna. No te preocupes; lo que importa es el fondo, no las formas.

“Me di la media vuelta”, relata el joven, para salir de la oficina de Escudero. “Y logré escuchar a mis espaldas un ‘¡cuídense!’ que salía de la boca de un hombre que se estaba dando cuenta de que hablaba con uno de sus hijos.”

Lo que viene a partir de este episodio es de pronósticos de veras reservados. No es meta de esta plática narrarles la novela entera, sino invitarlos con cordialidad a que la compren. Nada más les digo y pueden creerme que su lectura me resultó deslumbrante. Se trata de una novela, además, espeluznante y harto conmovedora; sobre todo porque está basada en hechos reales.

Es una novela histórica que de algún modo anuncia lo que puede volver a ocurrir.

A mí me llegaron al alma los trazos que Benito Taibo hizo para mostrarnos cómo eran los amos del Acapulco de entonces. Antecesores, por cierto, de los señores de hoy, de horca y cuchillo, quienes pretenden, pero para todo el país, la restauración del antiguo régimen priista con su ingente esquema de dominación basado en la corrupción —¡más corrupción!— y en el derramamiento de sangre. ¡Mucha más sangre para mantener contentos a los gringos!

Sin embargo, lo que más me impactó, se los confieso, fue Juan R. Escudero; su estatura moral. Su enorme rol en la historia de este país, aunque prácticamente este héroe enorme sólo sea recordado hoy por la gente ilustrada y, desde luego, en los círculos de los sindicalistas aún limpios y en el seno de familias de los nuevamente empobrecidos trabajadores del Acapulco actual.

Les han birlado hasta el Tianguis Turístico. ¡Qué poca imaginación la de la tecnoburocracia federal en turno, y qué grandes sus ganas de joder!

De ese gran personaje, Juan Ranulfo Escudero —presidente municipal, como mencioné antes, del primer Ayuntamiento socialista instalado en México, nada menos que por voto universal, directo y secreto del pueblo—, nos da cuenta Benito en su novela, a través de su personaje preferido: el muchacho guerrerense que al crecer se hizo reportero (pp. 28 a 30 de esta novela).

Escúchenme ustedes:

Desde el verano de 1916 y gracias a la recomendación de mi padrino Domingo, fui admitido formalmente en la Liga de Trabajadores a Bordo de los Barcos y Tierra; el sindicato fundado por Juan Ranulfo Escudero, ese alto acapulqueño, de bigote engominado y mirada quebradiza que había logrado, junto con un puñado de trabajadores, entre ellos mi padre, conseguir jornadas de ocho horas de trabajo, el descanso dominical, pago a la semana y protección contra accidentes.
Escudero tenía hormigas en los pantalones. Los gachupines, dueños de casi todas las tiendas comerciales del puerto, lo odiaban a muerte y lo miraban con una mezcla de temor y desprecio mientras arengaba a estibadores, pescadores y prostitutas en busca de mejores condiciones de vida. Escudero era para ellos el bolshiviqui y, del mismo modo que se concebía a los rusos con raras ideas sobre los pobres y los ricos, [Escudero] era considerado igual que un personaje satánico que pretendía hacer una revolución roja en un país donde acababa de terminar apenas una.
Los comerciantes hispanos usaron todas sus malas influencias y convencieron al jefe militar de la zona, Silvestre Mariscal, de que expulsara a Escudero de Acapulco por revoltoso. Casi tres años después de ese exilio involuntario que le sirvió para aprender muchas cosas, regresaría aquél con más bríos y con una gran idea en la cabeza.
Fue en los primeros días de enero de 1919. Algunos dicen que era Eddy Polo el que estaba en pantalla en el cinematógrafo; yo sé a ciencia cierta que era Tom Mix. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Tuve la oportunidad, esa tarde, de besar seis veces a María, la hija de don Fausto, jefe de los bomberos.
En cuanto terminó la película y empezaron a encenderse las luces en el “Salón Rojo”, la voz gruesa y potente de Escudero se escuchó desde una de las plateas, como si de un trueno se tratara:
—¡Acapulco no es de los gachupines explotadores! Acapulco es de todos: los estibadores, los empleados, los pescadores, los prácticos del muelle, las mujeres de la vida galante…
Sostenía en la mano izquierda su sombrero, muy pegado a la pierna; era un bombín negro que le quedaba pequeño. La [mano] derecha daba golpes en el aire, como si con ella quisiera meter en la cabeza de los allí reunidos toda la rabia contenida por años.
El cine lleno, estupefacto, lo miraba mientras subía cada vez más el tono de su voz. Y Escudero desgranaba agravios como quien desgrana una mazorca.
Los dueños del cine, españoles ambos, Maximino y Luciano San Millán, rápidamente se sintieron aludidos y mandaron traer a los policías de la garita que estaba tan sólo a unos pasos.
—Convoco a todos los aquí reunidos, a todos los habitantes justos y nobles de Acapulco, a fundar un partido político de los trabajadores y para los trabajadores —decía Escudero a gritos entre una salva de aplausos que estalló espontáneamente.

“Lo demás es historia”, nos dice Taibo. Veinte uniformados irrumpieron en el interior del cine con la intención de llevarse al "agitador", pero se los impidieron los hombres, las mujeres, todos los niños, los jóvenes, las muchachas, los adultos y los ancianos del público.

Juan Ranulfo Escudero era como el león aquel imaginado por quien era casi un niño dentro del pecho de ese mismo edil-presidente municipal.

Hoy ese león es la nación mexicana que, avergonzada en medio del oprobio, dice “basta” a la oligarquía, dice “no más” a la mafia y se está agazapando para saltar. Actuemos con responsabilidad para que todo pueda resolverse bien y sin violencia.

Twitter: @EduardoSuarez_

viernes, 12 de agosto de 2011

Y si hay más quejas, ¡les arrojarán bombas de napalm!

Twitter: EduardoSuarez_


SÍ, CHATO, ¡AHÍ ESTÁ EL DETALLE! El mejor homenaje (involuntario) a Mario Moreno "Cantinflas" se lo hizo un tal Castillo, quien cobra como procurador de (in)Justicia en el estado mangoneado por Peña Nieto.


Quesque si la adrenalina, quesque si la chota mexiquense "trabaja" con los nervios de punta, que qué tal si los parlanchines defensores de las comisiones de defensa de los derechos humanos se pusieran un ratito los zapatos (o las botas) de tan esforzados elementos al servicio de la pacificación del país... En resumen, que más vale que así puedan entenderlo todo el poeta Efraín Bartolomé, su mujer y el resto de los damnificados.
En cuanto noticiario radiofónico y de TV lo dejaron hablar, sostuvo el tal Castillo que ha corrido ya de la PGJ-Edomex a tantos agentes del Ministerio Público abusivos y a no menos policías ladrones y madreadores, que pues... mire usted, ¡ni pensar en quedarnos de plano sin delincuentes vestidos de uniforme!
Quesque menos mal que en esta vez los daños "colaterales" como que valieron la pena, pues los genízaros del que aspira a ser el próximo presidente de México lograron -entre tanto golpeado y despojado de sus pertenencias durante el "operativo" heróico- echarle el guante al peligrosísimo (aunque éste sin uniforme de la PFP) Mano con Ojéis.
En consecuencia, Efraín, su mujer y sus vecinos -tan robados y vejados y golpeados la madrugada del jueves 11 de agosto- deben sentirse en verdad privilegiados. Porque a las violadas de Atenco, a todos los de ese pueblo sobre el cual se volcaron furia y frustraciones del neopriista Vicente Fox y de sus correligionarios salinistas: la rata Montiel y Enrique Peña Nieto, no les tocó ni un modesto... ni un pinche "¡Usted disculpe!"
Aunque sea sólo para cubrir apariencias, no cabe duda de que, si el país no, los atropellos del poder contra los ciudadanos sí se modernizan. Ha de ser porque ahora, gracias al antipatriotismo de Los Pinos, los agentes del MP corruptos y los sádicos cuerpos policiales de México trabajan ya bajo el mando directo de los gringos.

Y si no, ¡que Bartolomé se ponga sus huaraches!


Twitter: EduardoSuarez_


SÍ, CHATO, ¡AHÍ ESTÁ EL DETALLE! El mejor homenaje (involuntario) a Mario Moreno "Cantinflas" se lo hizo un tal Castillo, quien cobra como procurador de (in)Justicia en el estado mangoneado por Peña.


Quesque si la adrenalina, quesque si la chota mexiquense "trabaja" con los nervios de punta, que qué tal si los parlanchines defensores de las comisiones de defensa de los derechos humanos se pusieran un ratito los zapatos (o las botas) de tan esforzados elementos al servicio de la pacificación del país... En resumen, que más vale que así puedan entenderlo todo el poeta Efraín Bartolomé, su mujer y el resto de los damnificados.
En cuanto noticiario radiofónico y de TV lo dejaron hablar, sostuvo el tal Castillo que ha corrido ya de la PGJ-Edomex a tantos agentes del Ministerio Público abusivos y a no menos policías ladrones y madreadores, que pues... mire usted, ¡ni pensar en quedarnos de plano sin delincuentes vestidos de uniforme!
Quesque menos mal que en esta vez los daños "colaterales" como que valieron la pena, pues los genízaros del que aspira ser el próximo presidente de México lograron -entre tanto golpeado y despojado de sus pertenencias durante el "operativo" heróico- echarle el guante al peligrosísimo (aunque éste sin uniforme de la PFP) Mano con Ojéis.
Es, por lo tanto, irrefutable que Efraín, su mujer y sus vecinos, tan robados y vejados y golpeados ayer por la madrugada (esto es, antes de las 05h00 del jueves 11 de agosto), deben sentirse en verdad privilegiados. Porque a las violadas de Atenco, a todos los de ese pueblo sobre el cual se volcaron furia y frustraciones del neopriista Vicente Fox y de sus correligionarios salinistas: la rata Montiel y Enrique Peña Nieto (por el malogrado hipernegocio del nuevo aeropuerto), no les tocó ni un modesto... un pinche "¡Usted disculpe, joven!
Aunque sea sólo para cubrir apariencias, no cabe duda de que, si el país no, la represión contra los ciudadanos sí se moderniza. Ha de ser porque ahora, gracias al antipatriotismo de Los Pinos, los MP y los cuerpos policiales de México trabajan ya bajo el mando directo de los gringos.

jueves, 11 de agosto de 2011

Vida es movimiento; Patria, regeneración nacional

Twitter: @EduardoSuarez_




Declaración de la Red de intelectuales y artistas


“En defensa de la humanidad”




Un fuego encendido contra la noche oscura. Después de 500 años de resistencia y en el momento de celebración de los bicentenarios de la Independencia, el planeta se encuentra frente a una nueva ofensiva devastadora de Estados Unidos y los poderosos del mundo. La lucha tenaz de vastos movimientos populares y gobiernos revolucionarios y progresistas por la democracia, la justicia social y el derecho a ejercer su identidad —en el norte de África, el Medio Oriente, el sureste de Asia, el Caribe y Latinoamérica— es confrontada con nuevos escenarios de guerra con modalidades múltiples que abarcan todas las dimensiones de la vida y de los territorios.
La civilización creada por el capitalismo, incapaz de resolver los problemas generados por su propio desarrollo, los exacerba en su avance implacable contra la naturaleza y contra la humanidad. Esta América nuestra ocupa un lugar destacado en la crisis general. La presencia de realidades nuevas, que se manifiesta en la integración, cooperación solidaria y esperanza que significa la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), y organismos como la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) más la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), enfrentan la renovación —en escala ampliada— de viejos factores de riesgo, y dibujan, también, un escenario de ocupación total.
Con 20 nuevas bases militares de Estados Unidos; con golpes de estado como vieja-nueva estrategia imperial; con acuerdos de seguridad invasores de las soberanías de los pueblos; con ejercicios de entrenamiento y patrullaje permanentes; con megaproyectos como el Plan Puebla-Panamá y la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica, se tienden las condiciones para la transformación masiva de nuestras riquezas hídricas, bióticas, energéticas y mineras en nuevo capital natural, y de nuestras riquezas culturales en capital humano y mercancía intelectual.
Ante la catástrofe civilizatoria, la disyuntiva es de vida o muerte. Nuevas formas de dominación, apropiación y expansión del capitalismo conducen a nuevos desafíos que ya hay que aprender a enfrentar.
Es necesario fortalecer nuestras capacidades de intelección para descifrar y adelantarnos a esta carrera suicida. Es urgente consolidar las bases sobre las que se levante un mundo emancipado, sin colonialismos, sin colonias ni imperios, sin esclavitud ni racismos, sin sometimiento de ninguna forma de vida.
El diálogo entre las cosmovisiones y las tradiciones liberadoras de la humanidad, la poesía, los cantos, la danza, el arte y la imaginación creadora de nuestros pueblos, contribuirán a encontrar nuevos lenguajes y caminos decisivos para la emancipación material, cultural y espiritual, en el abrazo con todos los pueblos de la Tierra.
Por esto, intelectuales y artistas de la América Latina y el Caribe nos proponemos:
1. Movilizarnos en contra de las guerras y expansiones territoriales de los poderosos del mundo, en cualquier parte que ocurran.
2. Luchar por una democracia participativa de amplia base popular, respetuosa e incluyente de nuestras diversidades, que amplíe los espacios políticos de acuerdo entre las visiones y prácticas culturales diferentes y garantice condiciones de justicia, paz, autodeterminación e independencia de todos los pueblos.
3. Como parte del proceso emancipatorio, celebrar y defender los logros y conquistas de los movimientos sociales y de los gobiernos revolucionarios y progresistas, sin dejar de trascenderlos en pos de alcanzar los amplios horizontes que dibujan nuestras utopías.
4. Movilizar todas nuestras energías para lograr la desmilitarización y la salida de las fuerzas extranjeras de Haití —agravio contra la dignidad, la justicia, la democracia, la soberanía y la inteligencia de un pueblo que fue capaz de conducir la primera lucha de Independencia del planeta contra la expansión genocida con la que se fundó el sistema-mundo capitalista. (Necesitamos crear un acercamiento solidario de los pueblos del mundo con Haití —como el que han mantenido Cuba y Venezuela— ante los estragos de la ofensiva a la que ha sido sometido por los intereses imperiales).
5. Empeñarnos en crear condiciones para lograr una paz verdadera para el pueblo colombiano, sabiendo que es necesaria para asegurar condiciones democráticas y de paz justa en todos nuestros territorios. Instar a la UNASUR y a todas las instancias regionales e internacionales a trabajar por la democracia y la paz en un país que suma ya 600 mil muertos en un genocidio continuado y permanente. Colombia es un espejo para el futuro de varios de nuestros países.
6. Participar en el amplio debate sobre la situación y perspectivas de Nuestra América y el mundo en las vísperas de la Cumbre de Río + 20 que impulsan pensadores y movimientos sociales en todo el planeta.
7. Generar un amplio debate sobre sentidos y significados de una realidad compleja y abigarrada que se modifica y profundiza sus contradicciones, a la vez que abre múltiples horizontes utópicos y exige nuevas energías y conocimientos al servicio de la lucha emancipatoria.
8. Hacer frente a la guerra mediática con un trabajo sistemático y consistente en la batalla de las ideas y en la construcción de sentidos comunes emancipatorios y comprometidos con la liberación de nuestros pueblos. Buscar formas de expresión e interlocución que involucren todo el espectro de nuestros lenguajes, cosmovisiones y la riqueza de nuestras culturas; que apoyen las iniciativas existentes de comunicación alternativa y que se apropien de las nuevas herramientas tecnológicas sin desestimar las antiguas.
9. Ampliar nuestro involucramiento activo en la lucha contra la impunidad bajo todas sus modalidades, cotidianas y casi invisibles como las que operan en los microespacios, y de gran envergadura como las invasiones, bombardeos o bloqueos a algunos territorios del mundo. Exigir sin descanso el levantamiento del bloqueo a Cuba y juicio y castigo a todos los genocidas, donde quiera que se encuentren, y
10. Celebrar y comprometer la voluntad política de la Red en la articulación con las movilizaciones de los pueblos, de los jóvenes, de las mujeres, de los indígenas, de los excluidos, de las diversidades sexuales, de los diferentes, de los indignados, de los agraviados y de los luchadores del mundo entero. Sus combates son los nuestros. La Red de intelectuales y artistas En Defensa de la Humanidad se suma y convoca a todas las organizaciones y redes de pensadores críticos, luchadores sociales y artistas comprometidos para fortalecer los esfuerzos de construcción del nuevo mundo no capitalista que dibujan nuestros horizontes.
El desafío es enorme. Ningún esfuerzo o ninguna lucha son prescindibles. Ningún pueblo es sacrificable. Se acerca el tiempo en que nuestra querida patria, la América, llegará a ser esa gloriosa parte del globo que la naturaleza quiso que fuese.




LA HABANA, CUBA


30 de julio, 2011

viernes, 29 de julio de 2011

Manuel Vázquez Montalbán, del 29 de julio de 1939 al 19 de octubre de 2003




Vázquez Montalbán. 72 años de este "novíssimo"




Twitter: @EduardoSuarez_




Hay días en que tienes
toda la carne muy mal abotonada
y mis manos te cierran
el cuerpo descarado
los ojos
con los que miras tu desnudo
en los míos te delatan
y eres blanca
con junturas de cárdeno
descenso
manchas de musgo y vuelo
vencido
de cabello que se inclina
lento.


(MVM, A la sombra de las muchachas sin flor, Editorial Laia, España, 1985)






A Manuel Vázquez Montalbán, comunista libertario, escritor y poeta universal, en el 72º aniversario de su nacimiento





EDUARDO SUÁREZ

Poesía con el sol prohibido


“Me parece a mí que la poesía, tal como está organizada la cultura, no sirve para nada”, le decía a Leonardo Padura el poeta Manuel Vázquez Montalbán.
Paseaban juntos por la Ciudad Vieja, cerca de donde naciera el bardo, en una de esas calles habitadas por ancianos, niños, mujeres y hombres paupérrimos y en las que, como dijera otro vate, “está como prohibido el sol”.
Era un otoño tan triste como ese en el que murió. “Sospecho que [la poesía] no sirve para nada en ninguna parte” —aducía el mismo MVM en una entrevista que le hice yo, años después, para Revista de Revistas de Excélsior—.
“Pero —advertía— la irregularidad histórica española me obliga a aplazar un juicio universal”.
Más conocido por sus trabajos periodísticos, sus ensayos y su narrativa, este hombre universal nacido en la capital catalana, Barcelona, el 29 de julio de 1939, fue ante todo poeta y revolucionario (¡Vaya, como si no fuera lo mismo!). Pero su discurso crítico y coherente lo mantiene todavía hoy, a casi ocho años de su muerte, como una de las voces más lúcidas que en el mundo se hacen escuchar.
“Sin duda —cito de nuevo al cubano—, a contrapelo de un panorama cultural mediatizado por intereses” de intelectuales rastreros, especuladores disfrazados de bondadosos hombres de empresa y oportunismos de la derecha política en retirada —incluidos, desde luego, los socialdemócratas con y sin comillas.





MICHAEL GAMARRA

Las últimas horas de un gran escritor


Escribí el simple comentario que aparece en la página 3 de esta edición, unas horas antes de recibir la triste noticia de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán en Bangkok el viernes 17 de octubre. Aun sabiendo que de nada sirven las palabras ante lo irreparable, y con la absoluta certeza de que cuando éstas lleguen al lector, la noticia ya habrá dejado paso a otras en las páginas de los rotativos y en las pantallas de televisión del mundo hispano, me siento obligado a expresarlas aquí sin que pueda explicar el porqué. Pero eso no importa ya.
Conocí al creador de Pepe Carvalho unas 24 horas antes de su última partida, cuando él esperaba solitario en un salón de la universidad, antes de regalarnos —a una audiencia compuesta por profesores y alumnos de español así como por diplomáticos, prensa y público en general— una conferencia que sólo puede ser calificada de magnífica.
Me presenté y estuvimos charlando. Parecía estar cansado. Apareció luego un periodista que grabador en mano le hizo una entrevista de 10 minutos frente a mí. Debe haber sido la última de la vida del escritor. Al finalizar, el periodista extrajo de un bolso dos libros y se los obsequió. El primero, una serie de artículos sobre los lazos históricos entre España y Australia. El otro, una reseña de trabajos premiados en concursos del Club Español de esta ciudad, exhumados por mi amigo Víctor Ramos de los archivos de la institución.
De pronto el periodista se dio cuenta de algo: "Bueno... creo que aquí este amigo le puede decir algo más sobre estos libros". El escritor me miró inquisitivo y yo dije: "Sí, casualmente fui el editor de uno y coeditor del otro".
El periodista se alejó a cumplir su tarea y Vázquez Montalbán se abrió un poco más y comenzaron sus preguntas: ¿Dónde trabajas? ¿Cuánto hace que vives en Australia? Se sorprendió cuando dije 30 años. Me preguntó sobre mis libros y le detallé lo que proyectábamos publicar pronto, mío y ajeno. Le alegró saber que yo había sido cicerone en nuestra ciudad de su gran amigo el director teatral catalán Ricard Salvat unos años antes. "Lo veré muy pronto", me dijo; le relaté entonces una serie de extrañas coincidencias que me sucedieron con Salvat. Hablamos luego de mis dos catalanas más admiradas: Margarita Xirgu —a quien nunca vi en escena pero sí tuve la buena fortuna de asistir en Uruguay, siendo niño, a obras por ella dirigidas—, y Victoria de los Ángeles, a quien entrevisté en sus dos últimas visitas a Australia no hace mucho. La conversación (casi todo el tiempo a su cargo) se tornó ágil y amena. Supe que era uno de los jurados del actual Premio Planeta, habiendo dejado su voto antes de partir, y que su último libro, Milenio, de unas mil páginas que verá la luz dentro de unos meses, fue terminado en Australia.
Al llegar la hora indicada la sala se llenó, y debimos suspender la charla. Me prometió que trasmitiría mis saludos a Salvat, y que se mantendría en contacto por e-mail. Un prolongado aplauso lo recibió, y comenzó a hablar. Aquella fue una estupenda muestra de elocuencia; nadie podría imaginar que esa conferencia sería su última, y que pocas horas después, en el aeropuerto de Bangkok, tan lejos de su Cataluña querida, la Moira lo esperaba para informarle que emprendería allí su último viaje.


19 de octubre, 2003




• Brillante disertación de Vázquez Montalbán en la UNSW


El 16 de octubre tuvo lugar en la Universidad de NSW de Sidney una conferencia dictada por el escritor español Manuel Vázquez Montalbán como parte de una gira por varias ciudades australianas, que comprendió además Melbourne y Canberra. Fue presentado por el profesor John Brotherton, director de la escuela de español de dicha universidad. Un numeroso público siguió con atención la conferencia que se prolongó bastante más de lo previsto; su brillante oratoria, salpicada además por toques de buen humor, mantuvo el interés de la audiencia de forma tal, que lo único lamentable fue que la disertación llegase a su fin.
Su tema fue el estado de las literaturas regionales de España (principalmente catalana, gallega y vasca), en el devenir histórico, su prohibición durante el franquismo y su posterior resurgimiento. Vázquez Montalbán sintetizó la historia de la literatura en dichas lenguas desde sus primeras manifestaciones, continuó con su evolución y sus períodos de brillo citando nombres de poetas y narradores muchos de los cuales eran desconocidos por la audiencia, pasando luego por el oscuro período que se inició al final de la guerra civil, cuando dichas lenguas fueron virtualmente prohibidas en todo el país. Luego se refirió a su recuperación al retornar la democracia a la Madre Patria, lo que permitió a muchos escritores catalanes, gallegos y vascos volver a expresarse con libertad en las lenguas de sus respectivas regiones.
Señaló el disertante que la literatura gallega, por ejemplo, se ha detacado a lo largo de la historia peninsular por su brillante lirismo, en la que han sobresalido poetas del calibre de Rosalía de Castro y tantos otros.
También destacó el conferenciante la importancia que en Barcelona tuvo la burguesía catalana a partir de finales del siglo 19 hasta las primeras décadas del 20, al propiciar el surgimiento de editoriales, ateneos, teatro, y eventos literarios y artísticos que crearon un ambiente favorable al desarrollo de una literatura en idioma catalán con una producción de gran valor.
La guerra civil, según Vázquez Montalbán, tuvo raíces más profundas que el mero enfrentamiento bélico entre militares y clero por un lado, y la masa obrera y campesina liderados por intelectuales republicanos y de izquierda por el otro. Había un establishment respaldado por la poderosa Iglesia Católica y por las clases altas, que no miraban con buenos ojos la influencia de tendencias sociales y políticas provenientes del extranjero que inevitablemente comenzaban a ser introducidas en España desde comienzos del siglo 20. "Hay quienes sostienen", dijo, "que ese siglo comenzó en 1917 con la revolución del proletariado ruso, y finalizó en 1980-90, con los sucesos de notoriedad en Europa y la desintegración de la URSS, por la influencia que dichos eventos han tenido para aquel continente y el resto del mundo".
El fin de la segunda guerra mundial con la derrota de los poderes que habían apoyado al franquismo, impulsó al caudillo a buscar una mayor aproximación al Vaticano, dijo el escritor, y la difusión del término "nacional-católico" pasó a ser el sello de su inmediata política. El pueblo español tenía una larga tradición católica y Franco sabía que el apoyo de Roma sería una eficaz bandera de lucha.
El asentamiento de la democracia luego de la desaparición del caudillo, permitió la restitución y revaloración de los idiomas regionales, con el consiguiente resurgir de sus respectivas literaturas, cuando muchos talentosos escritores volvieron a usar su lengua vernácula como instrumento para la creación de sus obras. Esta revaloración, dijo el escritor, constituye un paso positivo hacia una sociedad que se enriquece al acrecentar su acervo cultural.
Al finalizar, el disertante respondió preguntas durante más de media hora. [Michael Gamarra]


jueves, 28 de julio de 2011

Según El País global, peligra la "Semana Negra" de Gijón


Twitter: @EduardoSuarez_

TAIBO II EN ASTURIAS Luchas políticas hacen peligrar la realización de la Semana de la Novela Negra en Gijón (El País GLOBAL, jueves 28 de julio, 2011, primera plana).


Flor de Azalia


EDUARDO SUÁREZ


La Semana Internacional de la Novela Negra de Gijón, la segunda en el mundo por su nivel organizativo, su resonancia y la alta calidad de lo que ofrece, está en peligro de ser cancelada. Pero para que se llegue a esto primero va a tener que sudar el Ayuntamiento entrante, de derecha.

Sucede que, aparte de los méritos mencionados, en tan sólo una década dicha Semana se erigió, aun sin proponérselo, en una escuela de empoderamiento —palabra rara ésta, choteada en México por los demagogos pero que viene aquí al caso porque connota la participación real y eficaz de los ciudadanos de a pie en la construcción democrática.

Tal es lo que se escenifica hoy en España:

En lo que atañe a todos (es decir, en todo aquello que ocurre en los planos de la política y la cultura), con la presencia contundente de la Indignación popular en las calles y plazas. Pero asimismo, en los acontecimientos pequeños: me refiero a los que tienen lugar en la esfera de la-moral-de-cada-uno y en el ámbito reservado de las relaciones familiares.

Tan es así, que si la derecha española, incluida la socialdemocracia, actuara con sensatez, debería estar pensando que el poder va a tener que compartirlo, más temprano que tarde, con segmentos cada vez más amplios de la población. De otro modo correría el riesgo de que la indignación militante se torne ira y que emprenda acciones que de veras le quiten lo engañoso a su “recambio”.

A nivel local, tampoco en Asturias cesan. Desde mediados de mayo se ha gestado una lucha creciente de otros de esos indignados, quienes demandan garantías de toda clase en beneficio de la Semana Internacional de la Novela Negra de Gijón.

Y por lo que toca al nivel de lo casi íntimo, una periodista catalana, escandalizada pero con su feminismo halagado, me dio cuenta del siguiente intercambio de frases entre dos colegas, una mujer y un hombre, quienes en una terraza degustaban café y no perdían detalle del plantón de enfrente, instalado en la Plaza Cataluña:

—¿Ves a aquéllos… ? —preguntó la reportera.
—¿Farnés?
—Sí; trajo a su esposa.
—Creí que se habían divorciado.
—No, y qué bueno, ¿o tú qué opinas?
—Pues no sé. Farnés por nada le ponía sus madrazos a Flor de Azalia…
—¿Por nada, dices? —lo interrumpió ella, subrayando deliberadamente, al pronunciarlas, las palabras “por” y “nada”.
—Bueno, quiero decir que él le pegaba… —“sin que ella diera motivo”, alcanzó aquél a susurrar en voz muy baja porque, aunque demasiado tarde, alcanzó a percatarse de que con su ampliación a lo dicho, su situación empeoraba.
La mujer lo atajó de nuevo.
—¡“Le pegaba”, Julián, pero se acabó! Ya no la maltrata.
—¿Segura, Beli? No creo que un hombre que le haya pegado a su mujer deje de hacerlo. No creo que un sujeto así cambie.
—Ah, ¿no? ¿Tú no cambiaste, Julián?
—¿Yo? —respondió éste. Había sido tomado por sorpresa y ahora agachaba la cabeza para tratar de ocultar cómo se le iba enrojeciendo la cara—. Yo sí, desde hace años, aunque supongo que no lo hice… no decidí cambiar por mí mismo, sino porque las circunstancias me obligaron. Pero fíjate que de nada valió: ¡sigo pagando las culpas de haberme portado así… como un canalla!
—No te engañes, Julián, ni te sigas tragando tus mentiras. Lo que me dices y como lo dices significa que en realidad no has cambiado. La única clave que puede funcionar para que tú y el resto de los machos como tú dejen de golpear a sus parejas no es que ustedes cambien o que prometan, siquiera, que van a tratar de cambiar, sino que cambiemos nosotras, las mujeres. No hay otra fórmula válida.

Como insistiera, la colega que me compartió este diálogo me reveló que la pareja en cuestión es mexicana. Frente a mi incredulidad, me proporcionó los nombres verdaderos de ella y de él. Yo los conozco. Recordé situaciones vividas no hacía mucho y —lleno de vergüenza “ajena” y propia— no me quedó más remedio que ofrecer disculpas y devolverle a mi amiga la confianza.

Forjé a solas la siguiente hipótesis:

El conservadurismo ateo o gazmoño, clerical, que predomina y que determina hasta este momento la mayoría de las formas de pensar de una proporción muy grande de la población, ha dado origen a que una especie de machismo se haya encaramado también en la política. Probablemente por eso aún se ven frustrados los mecanismos con que la sociedad mexicana ha intentado echar a andar, cada vez con peores resultados, nuestra de por sí menguada democracia.

Mi conclusión es que —al revés de las transformaciones favorables que eventualmente produzca en la etapa actual el movimiento de los Indignados españoles y europeos, y en contraste con el buen éxito que los asturianos logren tras de su batalla en defensa de la Semana Negra— los mexicanos de a pie, como la parte hasta ahora vulnerable del binomio sociedad-Estado, continuamos en la pasividad, a la espera de que las autoridades “recapaciten” y “cambien”.

En vez de esto, deberíamos tomar como ejemplo a Flor de Azalia. El movimiento encabezado por Javier Sicilia ya lo está intentando. Pero solo no basta. (Véase en los 3 comentarios de abajo el reportaje que apareció en El País global).

martes, 26 de julio de 2011

Cherán. Una visión desde Atenco


Twitter: @EduardoSuarez_

COLABORACIÓN DE LUJO DE LA HOZ Y EL VIENTO (SIN CAMBIOS)


De la Comuna de París a la Comuna de Cherán
por Salvador Díaz Sánchez


Cherán es una comuna donde la vida fluye como en una colmena. Baraúnda y rebelión. Ángeles guardianes y hadas nocturnales pululan por este espacio en lucha. Ir y venir de experiencias, intercambio de cosmovisiones, trajinar de argonautas en busca del vellocino de la libertad. Circulación interminable de sueños e ilimitado intercambio de palabras en movimiento permanente. Enjambre de imágenes nuevas cada día. Lugar seguro en la costa de lo infinito, defendido y custodiado de los vendavales que acechan como engendros de Satán. Frontera natural entre el bien común y el mal organizado. Encuentros inusitados, desencuentros amargos. Renovación constante de afanes y metas. Cherán es un puerto con un océano de vivencias que enriquecen a sus habitantes.
Pero de pronto me dan ganas de hacer una analogía con otros pueblos en rebeldía y vuelvo la mirada hacia atrás. Llegan a mí las imágenes de la historia como en diaporama. Se suceden paisajes revolucionarios de otros tiempos: veo, por supuesto a Atenco, que lo viví intensamente desde las tripas mismas del conflicto con mis valerosos compas; luego palpitan las aguerridas imágenes de los indios chiapanecos zapatistas combatiendo contra el ejército en los primeros días de 1994; después se deslizan lentamente las diapositivas de la epopeya de la APPO en 2006 y sus barricadas; pero de súbito se quedan en mi pantalla mental como daguerrotipos (que los hay), grabados (también los podemos encontrar) o dibujos de Gustavo Doré (que es de la época pero que no sé ilustró la revolución proletaria gala) o imágenes de Durero (que nunca dibujó ni de lejos el levantamiento francés), las vivencias nunca vividas pero sí soñadas, imaginadas y documentadas gráficamente de las barricadas de la Comuna de París.
Porque si en 1871 el pueblo pobre francés establece en jornadas memorables, mediante el voto universal, la Comuna de París a causa de un gobierno inexistente, en Cherán, en 2011, también crean con el voto popular emitido en forma tradicional su propia comuna, a causa de la inexistencia de un gobierno respetado y respetable que no supo defender a sus gobernados de los ataque de los talamontes que asolaban al pueblo desde el año de 2008. La unanimidad de esta decisión política le dio razón y fuerza a esta organización política, social, económica y cultural de este territorio montañoso michoacano.
Y si la Comuna parisiense ejerció el poder soberano y popular durante tres meses, los purépechas llevan ya más de tres meses ejerciendo el mismo poder. Al igual que la de París, la Comuna de Cherán es producto de extremas y complejas circunstancias que le han impreso un carácter muy especial.
Aquí confluyen distintos sectores sociales como los campesinos forestales, comerciantes, y artesanos, pero hay tres factores que le dan unidad y fuerza: su origen rural, su autodefensa contra los enemigos externos, y su lucha antielectoral.
1). Vida campesina. Los 20 mil cheranenses están vinculados a sus tierras y a sus montes, y la mayoría vive de ellos y de la agricultura, con costumbres, rituales, religión, fiestas y cultura ancestrales derivados de la relación con su espacio geográfico. Toda la población gira en torno a la tierra y el medio.
2). La autodefensa y expulsión de la delincuencia organizada. Su modo de vida y lazos comunitarios, que es decir lo mismo que sus bosques y sus tierras, su espacio común que implica también su aire y sus aguas y sus recursos naturales, se vio en peligro desde el mismo momento en que la delincuencia organizada arribó al pueblo para apropiarse de la fuente de sus ingresos: el bosque. Casi la mitad de sus montes han sido depredados, devastados e incendiados por los hampones que se instalaron (mediante el terror también organizado hacia la población civil) en esta joya de la meseta Purépecha.
El poder criminal se extendió hacia todo el municipio, asesinando, secuestrando y desapareciendo a los comuneros que se opusieron a la conflagración de sus bienes terrenales; además, de que ya cobraban “plaza” (extorsión disfrazada de la venta de “seguridad” a los comerciantes para que estos puedan trabajar tranquilamente) y cometían abusos por toda los barrios del municipio.
3). Lucha antielectoral y organización política. A pesar de que existen los tradicionales actores de la política marrullera de los partidos registrados, la absoluta mayoría de los cheranitas decidió no permitir las elecciones de noviembre por la gubernatura michoacana. Conocen bien las conductas de sus adversarios y con base en eso plantean la instauración de un municipio autónomo donde los partidos no deshonren la vida comunitaria ni las normas y costumbres indígenas. Rompiendo así ese orden burgués que los había llevado a una situación insostenible.
Al igual que la Comuna de París, donde ésta disolvió el ejército, en Cherán diluyeron la policía municipal y han constituido una policía popular (como en algunas regiones de Guerrero), llamada Ronda Comunitaria, surgida desde la entraña misma de las relaciones indígenas comunitarias, un cuerpo de elite seleccionado de jóvenes intachables que cumplen la función de resguardar el orden y conferirles seguridad a los comuneros en lucha y en funciones de autodefensa de los ataques, extorsiones, secuestros y asesinatos por parte de la delincuencia organizada. Por supuesto, “en este pueblo no hay ladrones” de ninguna especie, no hay un solo robo, abuso o injusticia. A diferencia de los merolicos de los medios locales michoacanos y algunos noticieros televisivos nacionales que afirman que la población vive encarcelada en su propio pueblo, los comuneros viven en una especie de oasis social con la tranquilidad y armonía que ya quisieran en otros lugares asediados por la criminalidad y la delincuencia. Al igual que la Comuna de París, la de Cherán ha resquebrajado el aparato burocrático gubernamental y se ha organizado de acuerdo a su cultura y tradiciones ejerciendo las labores sociales de los funcionarios gubernamentales mediante comuneros voluntarios sin sueldo ni pago por prestación alguna.
Desde abril, las clases fueron suspendidas en todo el municipio y ahora realizan cursos y talleres por instructores que no reciben retribución económica. Algunos pobladores aseguran que los niños aprenden más en las fogatas, en las acciones colectivas y labores sociales que en las aulas oficiales. Pero lo que le ha dado una impronta indeleble a la Comuna de Cherán es la puesta en marcha de una medida que le ha dado honra y prez a este movimiento de autodefensa: la ley seca. Está prohibida la venta de bebidas alcohólicas y no se permite que alguien beba en las calles de la comuna so pena de encarcelamiento preventivo y una multa que se paga con trabajo comunitario como barrer la calle o pintar paredes. Por cierto han desaparecido los grafitis tan comunes en todos los caseríos del país. Sólo una pequeña concesión se ha hecho en la rigurosa ley seca, se trata de los “escuadrones de la muerte”, enfermos alcohólicos que en verdad necesitan su dosis periódica que les evita el sufrimiento innecesario.
Desde luego, quien se encarga de poner en orden a los transgresores de dicha ley es la Ronda Comunitaria quien se ha ganado el respeto de tirios y troyanos. Al igual que la Comuna de París, de origen proletario, la comuna michoacana, de raíces campesinas, es un movimiento de masas que ha fortalecido los inquebrantables y mágicos vínculos comunitarios, lo que ha dado cohesión a las acciones colectivas de autodefensa y autoorganización, manifestado en el alto grado de participación y compromiso colectivo de los hijos e hijas de la gleba y de los bosques.
Pero, a diferencia de la Comuna de París, ciertamente la Comuna de Cherán no atenta contra el Estado como los patriotas franceses, pues éste se ha declarado incompetente para resolver las contradicciones sociales, como lo ha reconocido Felipe Calderón públicamente, y como lo han confirmado los gobiernos Estatal, Federal y Municipal que han exhibido su cínica complacencia o complicidad con el crimen organizado, esto es una verdad que se oculta tras de los demagógicos discursos oficiales que hablan del combate a la delincuencia, he aquí una diferencia con el movimiento francés, los cheranenses no combaten frontalmente al Estado, sino a la inoperancia y obsolescencia de un Estado capitalista burgués que no resiste ya el cáncer de la corrupción, lo cual le imprime de por sí un tinte anticapitalista, lo cual lo iguala en importancia a otros movimientos anticapitalistas que ocurren en otras partes del mundo como en España, Chile o Grecia, aunado a que no hay cargos de dirección y las decisiones políticas suben desde el seno familiar a las 189 fogatas existentes (trincheras en cada cuadra o manzana de los barrios), después de las fogatas a la asamblea del barrio (cuatro barrios) y de ahí a la Asamblea General del Pueblo. Existe un consejo comunal que cumple las funciones ejecutivas que delega en comisiones las tareas de organización cultural, política, económica y social.
Al paso del tiempo, la Comuna de Cherán ha logrado terminar con la desconfianza y la incertidumbre entre sus integrantes, y casi ha recuperado su ritmo de vida normal.
El comercio prácticamente se ha normalizado y muchos campesinos han salido cautelosamente a cultivar sus campos donde el resguardo de la ronda comunitaria ha mantenido alejada a la banda de delincuentes y se ha perdido el miedo inicial; aunque, cierto es que muchas familias sí han resentido esta crítica situación y dependen del apoyo en despensas que reciben de organizaciones fraternas.
Pero, aun con todas las carencias propias de la inestabilidad económica, el autogobierno se ha fortalecido mediante las discusiones colectivas, porque en cada una de las fogatas y las barricadas se deciden cotidianamente los pasos a seguir, las acciones a realizar, la rotación de las comisiones, el relevo de las guardias, el desplazamiento de los rondines, las actividades de limpieza, etcétera.
Todo ello ha reforzado la conciencia de clase y le ha conferido al movimiento un sello democrático que empieza a ganar presencia como un movimiento señero y ejemplar, baluarte de la resistencia popular y símbolo de lucha que ha trascendido local, regional, nacional y hasta internacionalmente, habida cuenta que su enseñanza fundamental ha demostrado a los políticos corruptos de todos los niveles y aun a los sectores de la izquierda “moderada” y electorera, de que hay otras formas de “hacer” política sin necesidad de que los amos de los trastupijes, príncipes de la mofa, señores de los cabildeos y tiburones de la política ramplona, se los traguen mediante la demagogia de la “democracia” tutelada. Los comuneros de Cherán han optado por vivir dignamente y autogobernarse con la fuerza que les otorga la conciencia comunitaria que es la forma más alta de la conciencia global, porque ésta ama al mundo y a la naturaleza que permite la convivencia en una forma horizontal.
Este ensayo de poder popular, libre y soberano, lleva dentro de sí la simiente de otro mundo donde caben otros mundos.
Ésta es la gran enseñanza de la Comuna de Cherán. ¿Qué sigue? La solidaridad de todos y cada uno de los seres que tienen principios igualitarios, de todos aquellos que pugnan por hacer de este mundo un mundo donde la justicia reine sobre las ambiciones personales y donde la sociedad civil dignifique la práctica de eso que los charlatanes falsamente llaman la política, pero que sólo usan como trampolín. Para que ésta, la política, se transforme en una democracia popular y que la masa y la plebe, el pueblo trabajador, sean los beneficiarios auténticos de la riqueza social.


enviado por lahozyelviento


La palabra sin acción es vacía,
la acción sin palabra es ciega,
la palabra y la acción, fuera del espíritu
de la comunidad, es la muerte.


DOCUMENTO DISTRIBUIDO POR EL MOVIMIENTO CIUDADANO INDEPENDIENTE “¡YA BASTA!”

Por un pueblo libre de ignorancia y corrupción

miércoles, 27 de abril de 2011

Ominoso futuro, si el PRI regresa: Dresser



Twitter: @EduardoSuarez_

Va pa'tras
Por Denise Dresser
Grupo Reforma

Ciudad de México, México

Basta con ver la cara de los priistas en cualquier acto público. Basta con advertir las sonrisas compartidas, los rostros complacidos, los abrazos entusiastas. Están felices y se les nota; están rebosantes y no lo pueden ni lo quieren ocultar. Saben que vienen de vuelta, saben que están de regreso, saben que encuesta tras encuesta los coloca en el primer lugar de las preferencias en las elecciones estatales y cada vez más cerca de recuperar el control del gobierno federal.

El PRI resurge, el PRI revive, el PRI resucita. Beneficiario del panismo incompetente y del perredismo auto-destructivo, el Revolucionario Institucional está a un paso de alcanzar el picaporte de Los Pinos tan sólo dos sexenios después de haber sido expulsado de allí.
Para muchos mexicanos esta posibilidad no es motivo de insomnio ni de preocupación. Hablan del retorno del PRI como si fuera un síntoma más de la normalidad democrática. Un indicio más de la alternancia aplaudible.

Un indicador positivo de la modernización que México ha alcanzado y que ya sería imposible revertir. "El país ya no es el mismo que el de 1988", advierten quienes no se sienten alarmados por la resurrección priista. "El PRI no podría gobernar de manera autoritaria como lo hizo alguna vez", sugieren quienes celebran los logros de la consolidación democrática. "Los priistas se verían obligados a instrumentar las reformas que hasta ahora han rechazado", auguran los oráculos del optimismo. Y ojalá tuvieran razón las voces de aquellos a quienes no les quita el sueño la posibilidad de Enrique Peña Nieto en Los Pinos, Manlio Fabio Beltrones en la Secretaría de Gobernación, Beatriz Paredes en cualquier puesto del gabinete, y Emilio Gamboa en la presidencia del PRI.

Ojalá fuera cierto que una nueva era de presidencias priistas sería señal de alternancia saludable y no de regresión lamentable. Ojalá fuera verdad que tanto el país como el PRI han cambiado lo suficiente como para prevenir el resurgimiento de las peores prácticas del pasado. Pero cualquier análisis del priismo actual contradice ese pronóstico, basado más en lo que sus proponentes quisieran ver que en la realidad circundante. Como lo escribe el columnista Tom Friedman en The New York Times, en México hoy coexisten tres grupos:

"Los Narcos, los No's y los NAFTA's": los capos, los beneficiarios del statu quo y los grupos sociales que anhelan el progreso y la modernización. Y hoy el PRI es, por definición, "El Partido del No". El que se opone a las reformas necesarias por los intereses rentistas que protege; el que rechaza las candidaturas ciudadanas por la rotación de élites que defiende; el que rehúye la modernización sindical por los "derechos adquiridos" que consagró; el que no quiere tocar a los monopolios porque fue responsable de su construcción. El PRI y sus bases son los "No's" porque constituyen la principal oposición a cualquier cambio que entrañaría abrir, privatizar, sacudir, confrontar, airear o remodelar el sistema que los priistas concibieron y del cual viven.

A quien no crea que esto es así, le sugiero que lea los discursos atávicos de Beatriz Paredes, que examine la oposición pueril de Enrique Peña Nieto a la reelección, que reflexione sobre los intereses cuestionables de Manlio Fabio Beltrones, que estudie los negocios multimillonarios de Emilio Gamboa, nuevo dirigente de la CNOP y próximo presidente del partido. Allí está el PRI clientelar, el PRI corporativo, el PRI corrupto, el PRI que realmente no cree en la participación ciudadana o en los contrapesos o en la rendición de cuentas o en la apertura de la vida sindical al escrutinio público. Si la biografía es micro-historia, entonces se vuelve indispensable desmenuzar la de Emilio Gamboa ya que su selección reciente para una de las posiciones más importantes del priismo revela mucho sobre el ideario, los principios y el modus operandi de la organización.

Emilio Gamboa, descrito en el libro coordinado por Jorge Zepeda Patterson, Los intocables, como el broker emblemático de la política mexicana; el intermediario entre el dinero y el poder político. Vinculado al Pemexgate, al quebranto patrimonial en Fonatur, al crimen organizado vía su relación con Marcela Bodenstedt y el Cártel del Golfo, a las redes de pederastia, al tráfico de influencias. De nuevo en la punta del poder dentro de su propio partido.

Ése es el PRI del 2010, y si no lo fuera, su dirigencia ya habría denunciado a Emilio Gamboa junto a tantos que se le parecen. Pero no es así. El PRI nuevo milenio y el que se apresta a gobernar a la República sigue siendo un club transexenal de corruptos acusados y corruptos exonerados; de cotos construidos sobre la intersección de la política y los negocios; de redes tejidas sobre el constante intercambio de favores y posiciones, negociadas a oscuras. En una conversación telefónica grabada y ampliamente diseminada -que a pesar de ello no ha hecho mella en su carrera política- Emilio Gamboa le dice a Kamel Nacif: "va p'a tras". Y ése es el mismo mensaje que el PRI envía sobre el país bajo su mando.
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Si te gustan y si estas de acuerdo con mis planteamientos, te agradecería que los reenviaras a tus amigos, parientes y contactos, en el entendido de que trato de hacer conciencia y ciudadanos críticos y participativos. México lo hacemos todos los días ¡todos!
¡Gracias!

'Va pa' tras'
Por Denise Dresser
Grupo Reforma_.___

lunes, 25 de abril de 2011

El 68 mexicano; Jardón versus Echeverría



Twitter @EduardoSuarez_
FOTO: Edmundo Jardón (tercero de izq. a der.)
en imagen de Revista de Revistas de Excélsior

José Carreño Carlón
La política y los medios en la noche del bazucazo
(Tomado de http://www.conaculta.gob.mx/micrositios/1968/lapolitica.html)

Nada parecía explicar la toma militar del centro de la capital. Y nada parecía ameritar el disparo de bazuca que la madrugada del 30 de julio de 1968 convirtió en cenizas y astillas el portón labrado del Colegio de San Ildefonso, una muestra del barroco colonial que había sobrevivido a las guerras de la Independencia, la Reforma y la Revolución. Allí había inaugurado el presidente Benito Juárez la Escuela Nacional Preparatoria, 100 años antes, y allí irrumpía aquel proyectil en medio de una etapa que se exaltaba como la más prolongada de paz y estabilidad en la historia mexicana: un logro que sería coronado con la celebración, en estas tierras, de la Olimpiada de aquel 1968.
Y con ser estos hechos y estos contextos tan noticiosos y propicios para la indagación y el análisis periodísticos, poco había, sin embargo, en los medios de comunicación de la época, que esbozara la trascendencia de la escalada represiva a que apuntaba aquella noche de julio, la noche del bazucazo, dentro del vértigo de violencia gubernamental que, tras las posteriores tomas militares de Ciudad Universitaria y del Casco de Santo Tomás del politécnico, conduciría a la todavía más trágica noche de Tlatelolco del 2 de octubre siguiente.
Es cierto que hubo algunos reporteros y fotógrafos intrépidos —pocos editores y escasos articulistas— que acertaron a deslizar en sus medios datos, imágenes y atisbos que contribuían a anticipar la gravedad de la tragedia en gestación. Pero en general era notable el contraste entre los hechos que cualquiera podía ver en las calles y la forma en que éstos eran reconstruidos en los discursos mediáticos.
Los medios en México vivían en la Corte del Boletín, que otros llamaban la Orden del Sobre (en alusión al envase del subsidio gubernamental, en efectivo, que se solía asignar a los informadores de los medios).
Los funcionarios no se exponían a responder preguntas de reporteros. Ni siquiera bajo garantía de lucimiento, porque privaba la regla de oro codificada por Fidel Velázquez, que imponía que “el que se mueve no sale en la foto”, en referencia a que los funcionarios que aspiraban al ascenso, especialmente a la silla presidencial, debían ser más que discretos en sus movimientos y declaraciones. El resultado era un no- debate público en los medios, porque las primeras planas de la prensa y sus secciones políticas sólo destacaban los contenidos de los boletines autorizados, o de los discursos (revisados) de oradores designados desde Palacio Nacional.
Pero la noche del bazucazo —aparte del insólito bloqueo militar de la capital, que se prolongó tanto o más que los bloqueos de los manifestantes de estos tiempos— se registraron otros hechos insólitos, para la época, en la relación de la política y los medios.
Un llamado a las redacciones pasada la medianoche del 29 al 30 de julio anunció que se ofrecería enseguida una conferencia de prensa en el Departamento del Distrito Federal, lo cual resultó, para empezar, tres veces insólito: 1) por la hora, 2) porque en aquel tiempo los funcionarios no citaban a conferencias de prensa, y 3) por el formato, con cuatro apretujados miembros del gabinete presidencial separados, por el ancho de una mesa, de un grupo de periodistas.

Un extraño en la Corte del Boletín
Los periodistas habían sido sacados apresuradamente de sus casas, sus bares o sus redacciones, como fue el caso de este testigo, quien en ese momento cerraba la sección internacional a su cargo, en un diario, y se le solicitaba trasladarse al zócalo con un redactor.
Fue entonces que ocurrió un hecho todavía más insólito: la aparición de un ser extraño en la Corte del Boletín. Un hombre de sombrero y gabardina llegaba a romper el protocolo reverencial del trato de los periodistas con los funcionarios y a contagiar a otros desvelados asistentes. De las filas del entonces proscrito Partido Comunista, el escritor Edmundo Jardón Arzate se había deslizado a la sala de juntas del jefe del Departamento del Distrito Federal, escudado en Antonio Cáram, el reportero estrella del semanario del mismo partido, La Voz de México. Los dos se sentaron juntos y quedaron exactamente frente al secretario de Gobernación, Luis Echeverría, a no más de dos metros.
Sin formación ni entrenamiento ni experiencia para enfrentarse a preguntas de los medios —ni de nadie—, los funcionarios iban tartajeando dificultosamente lo que hoy se llamaría su principal mensaje clave: que los allí presentes, el mencionado secretario de Gobernación y el jefe del Departamento del D.F., Alfonso Corona del Rosal, con la asesoría de los procuradores de justicia de la nación, Julio Sánchez Vargas, y del D.F., Gilberto Suárez Torres, también presentes, habían decidido solicitar la intervención del ejército esa noche ante las proporciones alcanzadas por los disturbios.
Con este primer mensaje clave los funcionarios se proponían producir dos efectos. Por una parte, impedir la percepción de que el ejército hubiera actuado por su cuenta. Este giro formaba parte de un discurso oficial muy arraigado entonces, tendiente a destacar la estabilidad y la civilidad del sistema político mexicano, en contraste con la situación latinoamericana en que los militares solían imponerse a las autoridades civiles e incluso derrocarlas. Pero, por otra parte, el mensaje buscaba alejar al Presidente de la República, de gira por Jalisco, de aquella primera gran decisión represiva de la temporada, a fin de que el jefe del Estado pudiera mantenerse como una última instancia conciliatoria. Y así lo sobreactuó el propio Díaz Ordaz al día siguiente con un discurso —sin el menor poder de convicción— desde Guadalajara, en el que ofrecía su “mano tendida” a los estudiantes.
Pero el segundo mensaje clave de la conferencia de prensa prácticamente invalidaba el anterior, porque dejaba sin espacio cualquier intento conciliatorio. Y es que, con su discurso desordenado, lleno de repeticiones y pleonasmos, los cuatro comparecientes de la madrugada aseguraron que las movilizaciones obedecían a “un plan de agitación y subversión perfectamente planeado” (sic). Además revelaban toda una conspiración contra el país en un tono marcadamente macartista: “La filiación de los promotores del plan”, denunciaban, “se encuentra en la identidad de algunos de los detenidos, pues se trata de elementos del Partido Comunista”.
La Constitución y la conjura. Una desacostumbrada réplica cayó entonces contra el primer mensaje clave. Menudo, moreno, de hablar pausado, como de profesor exigente, Jardón pidió a los miembros del gabinete una precisión sobre la afirmación de que ellos habían pedido la intervención del ejército. Y lo hacía de cara al texto —que citó— del artículo 89 de la Constitución, que prevé que sólo el Presidente de la República puede disponer de las fuerzas armadas para la seguridad interior y la defensa exterior de la nación. El silencio se sintió eterno. Los conferencistas se volteaban a ver, nerviosos, pero no tuvieron una respuesta ante las dos opciones igualmente comprometedoras que se abrían paso en el aire pesado de aquella madrugada: o los funcionarios presentes mentían al haberse autoatribuido la solicitud de la intervención del ejército, o habían actuado —todos, incluyendo el ejército— al margen de la Constitución al no haber contado con la orden presidencial.
Quizá por eso los comparecientes optaron por concentrarse en el segundo mensaje, buscando descalificar al movimiento como una conjura contra México, y tratando de convertirlo en lo que cuatro años después se llamó un “pánico moral”, de acuerdo con el concepto que acuñó Stanley Cohen para ilustrar la satanización de los jóvenes ingleses a través de los medios en aquella época.
Pero tampoco en este punto se quedó callado Jardón. Luis Echeverría, el secretario de Gobernación, en otro acto insólito, lo había increpado personalmente. De manera directa se había dirigido Echeverría a Jardón, hablándole con rudeza de tú y llamándolo por su apellido, para decirle que él —Jardón— sabía muy bien que los disturbios habían sido decididos en la Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana en 1966, con la participación de comunistas mexicanos. De allí, el secretario de Gobernación había pretendido dar por terminada la conferencia con un discurso concluyente según el cual el ataque militar de esa jornada había sido “para preservar la autonomía universitaria de los intereses mezquinos e ingenuos, muy ingenuos, que pretenden desviar el camino ascendente de la Revolución mexicana”.
No lo hubiera dicho, porque eso le dio pie a Jardón, en un hecho insólito más, en aquel entonces, para llamar al secretario de Gobernación por su nombre de pila y hablarle también de tú. En un tono de reproche, sí, pero como de una cálida tristeza o decepción. Lo que Jardón le reprochaba a Luis —subrayando la familiaridad al llamarlo por su nombre, y no por su cargo o por su título, como era entonces obligado— es que tratara de justificar de una manera tan falaz el ataque brutal a su escuela preparatoria —la prepa que había sido de los dos—, la que los había formado en su adolescencia y juventud en las ideas generosas (que habían llegado a compartir) en favor de la justicia y la libertad.
Esto no se registró en los medios. En ellos dominó la versión oficial de la conjura contra México, de la intransigencia y el sectarismo de los manifestantes y de la pertinencia del ataque militar contra la vieja Escuela Nacional Preparatoria. “La intransigencia de un grupo sectario provoca la acción enérgica del gobierno”, fue una célebre cabeza a ocho columnas que ilustró la relación de la política y los medios la noche del bazucazo.
Sólo que Jardón cerró su última interpelación con una profecía cumplida a plenitud cuarenta años después: “De aquí en adelante, Luis, todo lo que suceda o pueda suceder en México va a ser responsabilidad tuya y culpa de ustedes, pues no sé por qué motivos, pero artificialmente, están provocando un problema que va a llegar a adquirir proporciones nacionales e internacionales”.

viernes, 22 de abril de 2011

Corazón, cerebro y muchos huevos


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@EduardoSuarez_


Un gran abrazo pleno de admiración, cariño camaraderil y sencillez para mi insustituible hermano Bonfiglio Cervantes Tavera, dondequiera que se encuentre

A Tuulita y mis cuatro pequeños, porque nada de lo arriesgado careció de una inconmensurable lección de amor y de esperanza por la Vida y un México mejor

Con gratitud al Chelís y a Martha Maldonado, cada cual en su circunstancia (el texto que sigue NO es de mi autoría)


LA "BRIGADA ROJA" Y LA PRIMERA ACCIÓN DE
LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE


En la mañana soleada del 12 de abril de 1973 un comando guerrillero expropia la empresa Industria Eléctrica de México, S. A. (IEM), establecida en una de las zonas más fabriles del país, ubicada sobre la carretera Tlalnepantla-Cuautitlán, Edo. de Mex. La operación se realiza en tan sólo cuatro minutos; en la acción pierden la vida dos policía del Estado de México y dos millones de pesos y cuatro armas reglamentarias de la policía pasan a poder de los activistas.
Al día siguiente la prensa menciona el hecho con sensacionalismo, pues es el asalto más cuantioso, hasta esa fecha, perpetrado por organización guerrillera alguna en la historia más reciente del país; la prensa también resalta la rapidez, precisión y contundencia del comando y la desorientación policíaca por sus ejecutores. El Estado burgués mexicano y sus cuerpos represores ignoraban aún el nacimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S) y que esta expropiación fundaba su actividad pública.
En efecto, la expropiación a la IEM la concibe la LC23S cuando apenas tenía un mes de fundada; y la ejecuta la Brigada Roja (expresión de la Liga en el Distrito Federal y estados circunvecinos) con menos de tres semanas de conformada. ¿Por qué la premura para el accionar público y por qué se le encomendó a la Brigada Roja (BR) esta acción? Hagamos un breve repaso a esos cuatro primeros meses de 1973, periodo pletórico de encuentros, desencuentros, borrones y cuentas nuevas, de inicios y fundaciones:
Los antecedentes inmediatos.
Aunque antes de 1968 en México ya había actividad guerrillera, es a partir de 1970 que el panorama nacional se ve irrumpido por multitud de grupos subversivos. En la Ciudad de México, uno de esos grupos que más se distingue porque desde su origen se planteaba la necesidad de desarrollar una alternativa político-militar y por tener una viva preocupación teórica, distinguiéndose además por sus múltiples férreos militantes y por su alto número de agremiados con que llegó a contar. Este grupo había surgido del activismo estudiantil de 1968, nutriéndose de los Comités de Lucha del Instituto Politécnico Nacional, la UNAM y otras Escuelas Superiores. De entre sus fundadores destacaban Miguel Domínguez Rodríguez, originario de Durango, estudiante y después ingeniero geólogo de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional; y Carlos Salcedo García, originario del Distrito Federal, ex militante de la Liga Comunista Espartaco (LCE), estudiante de sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus centros de operación estarían en el Distrito Federal, con trabajo político en el Instituto Politécnico Nacional, en Ferrocarriles, en la UNAM, la Normal Superior, y con los gremios de costureras, telefonistas, correos, electricistas y con una amplia red de vecinos del pueblo de Topilejo; y en otras ciudades como Chihuahua, Oaxaca, Veracruz y Ciudad Juárez con obreros, campesinos, y organizaciones populares.
Comando Lacandones. Descalabros y transformación.
Este grupo sin nombre tuvo su primer descalabro el 28 de febrero de 1972, cuando varios de sus militantes fueron capturados por la policía a raíz de investigaciones a la horadación nocturna del techo de una armería en la calle de Argentina, en pleno centro de la ciudad ¡a sólo dos calles del Zócalo!, asiento oficial del Poder Ejecutivo Federal. Es cuando la organización es bautizada por la propia policía como Comando Lacandones porque los agentes de la ley no conciben a guerrilleros sin etiquetas. La organización parece asimilar y resistir bien este primer embate; pero lo peor es que la policía ha detectado su existencia e identificado a muchos de sus miembros y quehaceres políticos.
Y a fines de septiembre de ese fatídico 1972 es capturado un segundo y numerosísimo grupo del Comando Lacandones; son detenidos casi cincuenta militantes y, entre ellos, sus principales comandantes Miguel Domínguez y Carlos Salcedo. Este golpe es el más severo, aunque mucho del trabajo organizativo es puesto a salvo porque se autodestruyeron muchos puentes y andamiajes para atajar la represión gubernamental.
La recomposición organizativa lacandona se antojaba actividad titánica; se requeriría mucho trabajo y paciencia para recontactar a muchos cuadros y, sobre todo, enmendar errores y replantear con urgencia la táctica y la estrategia. Pero el 31 de enero de 1973 cae prisionera otra parte del Comando Lacandones, la tercera y última.
Reconstruyendo a la organización. Pláticas con Vicente.
La detención del tercer grupo de lacandones coincidió con la recontactación de varios cuadros que permitieron, a corto plazo, reconstruir algo del tejido organizativo. También en este periodo de enero-marzo de 1973 se incrementaron las relaciones con los grupos hermanos de Los Guajiros, Los Procesos y Los Macías (la relación con estos grupos ya eran añejas y siempre cordiales).
Mientras el Comando Lacandones se reconstruía lentamente, simultáneamente realizaba encuentros sistemáticos con Ignacio Salas Obregón, líder de los grupos Movimiento Estudiantil Profesional (MEP) y Los Procesos y ocasionalmente con José Ángel García Martínez. Ignacio Salas (mejor conocido como Vicente) insistía en que lo fundamental era proseguir la labor teórica iniciada por Raúl Ramos Zavala. Y planteaba, además, un plan mayúsculo, en cuyo punto central se encontraba el finiquito de la dispersión orgánica, política y teórica de los revolucionarios, expresada, entre otras cosas, en la proliferación de grupos armados independientes unos de otros, como paso inicial para la construcción de la organización de vanguardia.
Los Maderas viejitos.
Las reuniones con Vicente se dan discutiendo teórica y políticamente en torno de los documentos llamados “Madera 1”, “Madera 2”, “Madera 3” y “Madera 3 bis”, escritos, entre otros, por Vicente promoviendo la unificación del movimiento armado socialista. En estos Maderas se analizan y recuentan las experiencias obtenidas en la lucha y la forma en la que debía continuarse. Los documentos llevan tal nombre en memoria del asalto al Cuartel Madera en Chihuahua el 23 de Septiembre de 1965.
Igualmente, Vicente tenía ya toda una concepción sobre el carácter económico-estructural de la universidad, sobre la “producción y reproducción del capital en el proceso educativo-universitario” (que al interior de la Liga se conoció como la tesis de la Universidad-Fábrica y que hoy es tan defenestrada por su malabarismo teórico).
Paralelamente a las discusiones y comunión de intereses con Vicente, se definían con José Ángel García Martínez y Gustavo Adolfo Hirales Morán los planes de integración organizativa con los distintos grupos guerrilleros del país. Así el Comando Lacandones acuerda acudir al inminente encuentro interguerrillero y nombra a David Jiménez Sarmiento (conocido en esa época como Damián) y Jorge Alfonso Rojas Díaz (con el alias de Ernesto) y, además acuerda también, cubrir todos los gastos monetarios necesarios para el desarrollo de ese encuentro nacional, incluyendo los traslados de todos los delegados (los Lacandones tenía suficientes recursos por su expropiación a las oficinas centrales de la Panificadora Bimbo, 18-ene-73)
Nace la Liga.
Los esfuerzos por liquidar la dispersión en todos los niveles se materializaron en marzo de 1973, con la unión de la mayoría de los grupos existentes, surgiendo así, la Liga Comunista 23 de Septiembre, como una síntesis de todos ellos y constituyendo la expresión más desarrollada de este movimiento.
La reunión constitutiva inicia el 5 de marzo de 1973 en Guadalajara con el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) como anfitrión. A la casa alquilada por Fernando Salinas Mora (a) “El Richard”, del FER acuden:
Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Grupo que encabezara en la Universidad de Guadalajara un intento de democratización, por lo que es reprimido y obligado a ingresar a la clandestinidad y crear su infraestructura de guerrilla. Este grupo se escindió en tres: una parte que crearía las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP); otra parte que se iría con Unión-Pueblo (UP), después PROCUP-PDLP; y la parte que ingresa a la Liga.
Los Procesos. Grupo conformado por ex-militantes de la Juventud Comunista (JC) filial del Partido Comunista México (PCM). Grupo dirigido por Raúl Ramos Zavala y a la muerte de éste, por José Ángel García.
Movimiento Estudiantil Profesional (MEP). Grupo con amplio trabajo social en zonas deprimidas inspirado en la Teología de la Liberación, la Iglesia de los Pobres. Su figura más importante sería Ignacio Salas Obregón.
Movimiento 23 de Septiembre-MAR. Surgido de los restos del Grupo Popular Guerrillero “Arturo Gámiz”, y la guerrilla de Oscar González en 1968 en alianza con un grupo desprendido del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR).
Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa (FEUS ó “Los Enfermos”). El grupo con más peso por su vinculación social y propugnador de una universidad al servicio del pueblo. Este grupo también es severamente reprimido, por lo que sus líderes deciden pasar a la clandestinidad, paso que dan sin perder su base social.
Los Macías. Su origen es la Liga Leninista Espartaco (LLE) de José Revueltas y la Liga Comunista Espartaco (LCE),
Comité Político-Militar “Arturo Gámiz“. Grupo que opera en las sierras de Sonora y Chihuahua ( aún no nacía).
Los Guajiros. Procedentes del movimiento estudiantil de 1968 y activistas de Chihuahua. Su principal dirigente seria Leopoldo Angulo Luke “General” o “Matus” del comité de lucha de la ESIME-IPN. Sus centros de operación estarían en el Distrito Federal y Baja California.
Grupo Comunista de Chihuahua. Procedentes de activistas estudiantiles y normales rurales dela Federación de Estudiantes y Campesinos Socialistas de México (FECSM) y cuyos dirigentes fueron Diego Lucero Martínez y Manuel Ángel Barraza García (este fue un comando de Los Guajiros que actuó el 15 de enero, nada más, Barraza no tuvo nada que ver ahí) .
Comité Estudiantil Revolucionario (CER). Creado por influencia de Raúl Ramos Zavala en la puja por la autonomía de la Universidad de Nuevo León que adopta las tesis de la Universidad-Fábrica. Su base social está en los estudiantes radicalizados de la UANL y en el movimiento obrero sindicalista.
Comité Local de Lucha Estudiantil (CLLE). Asiste a la reunión de marzo, pero se integra a la Liga meses después y una de sus dirigentes sería Rosario Elena Carrillo y con centro de operación en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Comando Lacandones. Ya mencionado en párrafos anteriores.
Los representantes de estos grupos discuten durante casi 15 días y acuerdan la línea política de la nueva organización político-militar. Se discuten todas las ponencias y opiniones presentadas. Al final se aprueba la adopción de las ideas expuestas en los “Madera” y, de la recopilación del conjunto de las ideas expuestas, se elabora el documento, redactado por Ignacio Arturo Salas Obregón, intitulado “Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario”.
Acuerdan 1.- Denominar a la organización Liga Comunista 23 de Septiembre; 2.- Una Coordinadora Nacional será su órgano máximo de dirección 3.- Se nombra un Buró Político como brazo ejecutivo, integrado por José Ángel García Martínez, Ignacio Arturo Salas Obregón, Leopoldo Angulo Luke, José Ignacio Olivares Torres, Rodolfo Gómez García y Manuel Gámez Rascón; 4.- Se integra un Comité Militar bajo la responsabilidad de Leopoldo Angulo Luke, David Jiménez Sarmiento (a) “Damián” y Francisco Alfonso Pérez Rayón.
La Liga estará constituida por diferentes Comités Coordinadores Zonales Políticos-Militares. Los responsables estatales son, entre otros: En Sinaloa, Gustavo Adolfo Hirales Morán y Francisco Rivera Carvajal; en Sonora Eleazar Gámez Rascón y Ma. de la Paz QuintanillaFlores; en Chihuahua “Luis, “Pancho” y “Roberto”; en Nuevo León Héctor Escamilla Lira, Rodolfo Gómez García y Héctor Torres González; en Sinaloa “Rodolfo”, “Macario”, “Ernesto”, “Emilio” e Ignacio Arturo Salas Obregón; en Jalisco José Ignacio Olivares Torres, Pedro Orozco Guzmán y Emilio Rubio; en Oaxaca Carlos Cevallos Loya y José García Wenceslao; EN EL DISTRITO FEDERAL JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (A) “MATEO”, David Jiménez Sarmiento (a) “Damián” y Francisco Alfonso Pérez Rayón.
Se definen tres frentes guerrilleros en el llamado “Triángulo de Oro”, en los estados de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango. Para el primer frente su comandante general es Salvador Gaytán Aguirre; el segundo frente lo comanda Gabriel Domínguez Rodríguez; y el tercer frente es comandado por Eleazar Gámez Rascón. Hay, además, comités en Nuevo León y Tamaulipas que operan con el nombre de Comandos Urbanos del Comité Estudiantil Revolucionario. En Tabasco los responsables son Paulino Peña Peña y Francisco Márquez Guzmán. En Guerrero y Oaxaca José García Wenceslao (a) “Sam” es el comandante de la guerrilla rural “Brigada Emiliano Zapata”; mientras que José Manuel Báez Ávila es el responsable de la guerrilla urbana en Oaxaca.
La Liga Comunista 23 de Septiembre contaba con gran cantidad de miembros que se distribuían por casi la totalidad de la república, principalmente las áreas de concentración urbana, aunque también contaba con algunas brigadas rurales. La tesis leninista del centralismo democrático fue el soporte central del desarrollo orgánico seguido por la Liga, lo cual permitió, apenas nacida, seguir captando importantes cuadros y esfuerzos orgánicos que ya habían logrado una base de regional y contaban con algunos materiales teóricos.
Nace la Brigada Roja
Bajo las directrices emanadas de la reunión constitutiva de la Liga se procedió a su ejecución en el Distrito Federal. Así, SE DECRETÓ LA CONCLUSIÓN DEL COMANDO LACANDONES Y SE LE SUSTITUYÓ CON LA CONFORMACIÓN DE LA BRIGADA ROJA, CON JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (MATEO) COMO SU JEFE POLÍTICO Y DAVID JIMÉNEZ SARMIENTO (AHORA HACIÉNDOSE LLAMAR CHANO) COMO EL JEFE MILITAR; ADEMÁS MATEO SERÍA AUXILIADO EN SUS TAREAS POLÍTICAS POR FRANCISCO ALFONSO PÉREZ RAYÓN (ANDRÉS) Y JOSÉ LUIS PACHECO ARAGÓN (ARTURO); MIENTRAS QUE CHANO SERÍA APOYADO EN SUS RESPONSABILIDADES MILITARES POR ALFONSO ROJAS DÍAZ (ERNESTO) Y POR ARTURO RIVAS JIMÉNEZ (GERMÁN, OMAR O RENÉ). ESA FUE LA PRIMERA DIRECTIVA DE LA BRIGADA ROJA.
La Brigada Roja tuvo como base corporativa a los ex lacandones, pero se vio ampliamente favorecida con la incorporación de múltiples elementos que hasta ese momento habían militado en las otras organizaciones fusionadas a la Liga y que también operaban en el Distrito Federal. Es justo mencionar que con estas incorporaciones la Brigada Roja se fortaleció más en calidad que en número. Y también ES NECESARIO APUNTAR QUE EN EL SENO DE LA BRIGADA NUNCA SE DIERON SECTARISMOS O REMINISCENCIAS DE MILITANCIAS PASADAS, POR EL CONTRARIO, TODOS SUS MIEMBROS ASUMIMOS QUE LA BRIGADA ROJA Y, SOBRE TODO, LA LIGA ERAN FASES SUPERIORES DE ORGANIZACIÓN.
La Liga irrumpe en el escenario nacional. Expropiación a la IEM.
Desde su creación, la Liga cuestionó la proliferación de acciones armadas tendientes a la consecución de recursos económicos, argumentando como prioridad máxima la capacitación de sus militantes y procurando la selectividad de tales acciones según su sentido político. Por lo que, el mayor énfasis debía darse en tareas tendientes a la discusión política con las bases proletarias más combatientes en base a los documentos teóricos de la organización. A este enunciado indiscutible, era común que algunos dirigentes de la Liga señalaran a la BrigadaRoja y al FER como ejemplos contrarios a estos postulados, por estar imbuidos en un “militarismo encarrerado”.
Por eso causó extrañeza que la dirección de la Liga, apenas recién creada, ya encargara a la Brigada Roja una expropiación, y específicamente a la empresa Industria Eléctrica de México, S. A. (IEM), pero ¿dónde estaba la selectividad del sentido político? ¿y por qué requerir a la BRalgo que se le reprochaba? ¿Ton’s qué, en qué quedamos?
No hubo respuestas, pero EN LA BR NOS QUEDABA CLARO QUE EL INMENSO APARATO QUE HABÍAMOS CREADO CON LA LIGA CORRÍA EL RIESGO DE NACER PARALÍTICO Y ERA NECESARIO, POR LO MENOS EN SUS INICIOS, CANALIZARLE RECURSOS PARA SU OPERATIVIDAD. En cuanto al escogimiento de la BR para tal actividad, Salas Obregón nos dijo en confidencia que evidentemente se había considerado el vasto acervo que los Lacandones habían tenido en estos menesteres. En efecto, este Comando tuvo en su corta existencia un amplio historial de acciones expropiatorias, y todas exitosas, algunas de ellas fueron: tienda de autoservicio De Todo; el ataque simultáneo a la camioneta del Banco del Atlántico y la taquilla de la estación Gómez Farías del Sistema Metropolitano de Transporte Metro (taquilla donde se concentraba lo recaudado por otras taquillas del sistema); Siderúrgica Mexicana DINA, S.A. de C.V.; tesorería de la Unidad Habitacional de la CTM; joyería Minerva; Zapatería 3 Hermanos; Armería “Armas y Deportes” ubicada en pleno centro de la ciudad de México (única acción fallida); clínica particular en la carretera México-Puebla, en el Estado de México; Compañía Hulera Goodrich Euzkadi; terminal de camiones urbanos de la línea Colonia del Valle-Coyoacán; Sunbeam Mexicana; oficinas centrales de Panificadora BIMBO.
Estando así las cosas, la BR se dispuso con todo su profesionalismo a preparar la operación IEM: se reconoció el lugar, se elaboraron mapas y maquetas, se inventaron pretextos para ingresar a las instalaciones, se supo de las fechas y horarios de los pagos de nómina y los movimientos de las camionetas bancarias, hasta se consiguieron los planos arquitectónicos de las instalaciones, incluyendo su red de alcantarillado.
También se procedió a conformar al equipo ejecutante: decidimos que los seis miembros de la directiva en pleno de la BR participaran directamente, a lo que el Buró Político se opuso por imprudente y que en una sola acción se arriesgara la comandancia de todo un Comité Coordinador de Zona. Hubo que replicar tenazmente a esta negativa, se argumentó que estábamos en esos cargos por disposiciones superiores pero no nos conocíamos con suficiencia más allá del seudónimo, por lo que éste sería buen momento para calarnos en los preparativos y en la situación extrema de la ejecución. Después de 26 horas de discusión, José Ángel García Martínez, supervisor comisionado por el Buró, accedió, pero dispuso que el comando ejecutante fuera reforzado con otros elementos con reconocida experiencia en estos menesteres; también se opuso a que durante la expropiación se distribuyera un volante donde hacíamos saber que éste era un acto realizado por la naciente LC23s, “No tenemos por qué alertar a la policía y facilitarle el trabajo”, dijo. Es así que al poco tiempo se incorporaron al comando la bella Martha Maldonado Sosa y Silva (a) “Eva” y el audaz Efraín González Cuevas (a) “El Borrego”. POR LO QUE EL COMANDO EJECUTANTE QUEDÓ CONFORMADO DE LA SIGUIENTE MANERA: JOSÉ BONFILIO CERVANTES TAVERA (PROVENIENTE DEL GRUPO PROCESOS, CREADO EN TORNO DE RAÚL RAMOS ZAVALA, YA FALLECIDO PARA ESAS FECHAS), COMO COORDINADOR EN JEFE; DAVID JIMÉNEZ SARMIENTO (EX LACANDÓN); FRANCISCO ALFONSO PÉREZ RAYÓN (EX GUAJIRO); JOSÉ LUIS PACHECO ARAGÓN (EX MAR); ALFONSO ROJAS DÍAZ (EX LACANDÓN); MARTHA MALDONADO SOSA Y SILVA (EX MAR Y ENTRENADA EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DE COREA); EFRAÍN GONZÁLEZ CUEVAS (FER, DE LA LEGENDARIA BANDA DE LOS VIKINGOS DE GUADALAJARA) Y POR ARTURO RIVAS (EX LACANDÓN); Y JOSÉ ÁNGEL GARCÍA MARTÍNEZ, ENVIADO POR EL BURÓ POLÍTICO COMO SUPERVISOR DE TODO EL OPERATIVO.
Para entonces el plan general de la operación IEM estaba terminado y aprobado por todos los participantes; se seleccionó y cató el armamento; Omar, experto en robo de autos, proporcionó los cuatro autos necesarios (y que después del operativo serían desechados); se fijó la fecha y sólo restaban detalles menores por afinar.
Dos días antes de la fecha fijada para la expropiación se decidió hacer, repartidos en dos vehículos, un último recorrido para afinar pormenores de la fuga y posibles contingencias. Qué lejos se estaba de imaginar que esa tarde se registraría un imprevisto con fuerte olor a pólvora. En el vehículo donde viajaban Eva, Chano, Ernesto y El Borrego decidieron hacer un alto en una gasolinera sobre la Avenida Vallejo y, mientras llenaban gasolina, El Borrego procedió a checar en el vehículo presión en llantas, agua y aceite pero al inclinarse sobre el motor se asomó la cacha de su pistola, circunstancia que no pasó inadvertida para el ocupante de otro vehículo que esperaba turno para también cargar gasolina. Quiso la mala fortuna que ese vehículo fuera tripulado por tres agentes secretos de la temible División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD) y que llevaran sarandeando a un lumpen que les servía de informante. Los agentes cuchichiaban entre sí sobre el arma vista al Borrego, adivinando una jugosa extorsión, cuando el lumpen reconoció a Ernesto como su antiguo compañero de juegos en su niñez. El lumpen sabía que Ernesto era ampliamente buscado por todas las policías del país por subversivo, así que presuroso señaló a los agentes la presa mayor. Pero todo esto también fue advertido por Ernesto quien, a su vez, identificó al lumpen y notificó a sus camaradas la gravedad de la situación y, en un soplo, corrieron al auto policíaco para acribillarlo, los agentes fueron sorprendidos apenas descendiendo de su auto. Ahí quedaron los cuerpos sin vida de dos agentes y el lumpen; el tercer agente logró escabullirse a las oficinas de la gasolinera y encerrarse en el baño, hasta allí fue perseguido por Eva y El Borrego, pero como lo apremiante era escapar, los guerrilleros abordaron su vehículo y en breves instantes desaparecieron.
ANTE ESTA CONTINGENCIA, MATEO DECIDIÓ POSPONER LA EXPROPIACIÓN A LA IEM POR QUINCE DÍAS. PERO COMO EFRAÍN GONZÁLEZ YA ERA REQUERIDO EN GUADALAJARA POR EL FER, EL BURÓ INCORPORÓ AL SEVERO Y EFICIENTE CAMARADA ELEAZAR GÁMEZ RASCÓN (A) ROQUE, PROVENIENTE DEL MOVIMIENTO 23 DE SEPTIEMBRE, DE SONORA, QUIEN PRONTO SE PUSO AL CORRIENTE DE TODOS LOS DETALLES. LA OPERACIÓN OTRA VEZ ESTABA LISTA.
La planta industrial de la IEM es inmensa, su acceso central comprende un espacioso estacionamiento y un edificio de varios niveles de sus oficinas; en su extremo derecho, a cien metros, hay otra entrada que da acceso a la fábrica y que es usada por los obreros y en su extremo izquierdo, a casi trecientos metros, hay una gran puerta destinada al paso de vehículos pesados; estos dos accesos laterales contaban con casetas de vigilancia y guardias armados. Antes de las diez horas de ese 12 de abril de 1973 los ocho guerrilleros fueron llegando a sus puestos de manera independiente, pero se encontraron con una anormalidad ¡Otra contingencia!: la entrada para los trabajadores estaba atiborrada de gente solicitando empleo (esa mañana había aparecido en los periódicos de mayor circulación un anuncio dondela IEM solicitaba personal para su planta industrial). Los guerrilleros celebraron un rápido concilio para decidir abortar o continuar la operación, decidieron la segunda opción y hacer algunos ajustes al plan original.
Eva, Roque, Ernesto y Chano controlarían a los guardias de la entrada para los trabajadores, ¡con todo y sus casi cincuenta solicitantes de empleo en plena vía pública!; Mateo, Arturo y Andrés accederían a las oficinas administrativas, controlarían también a decenas de empleados y sustraerían el dinero de las cajas de seguridad; y Omar en solitario controlaría a los guardias de la entrada para vehículos. Así se hizo todo pero… ¡Oh, otra contingencia más!
En pleno desarrollo de la expropiación, una patrulla policiaca que circulaba fortuitamente por el lugar se percató que decenas de personas se mantenían con las manos arriba y, no dando crédito a lo que miraban, decidieron echar reversa e investigar, pero lo hicieron con una lentitud que contrastó con los relampagueantes movimientos de Ernesto y Chano, que fulminaron a los dos patrulleros. Un policía murió en forma instantánea, pero el otro en sus instantes finales aún pretendió conducir su patrulla, sólo para estrellarse sobre la acera y lesionar levemente a un niño vendedor de chicles (después la prensa difundiría la versión oficial que los guerrilleros, en su loca huída, atropellaron a varios peatones)
El resto de la operación concluyó como se había planeado: Eva, Roque, Ernesto y Chano huyeron en el vehículo 1; Mateo, Arturo, Andrés y Omar, en el 2; los conductores fueron Roque y Andrés que, con rapidez y habilidad nos llevaron por la carretera México-Querétaro hasta la Calzada Vallejo, y allí los vehículos tomaron rumbos diferentes. El auto 2 hizo una parada para bajar a Mateo y Arturo; continuaron su marcha Andrés y Omar hasta llegar a una calle regularmente solitaria y hacer un segundo cambio de vehículo. Se encaminaron a un populoso barrio y en una casa de seguridad se quedó Omar, sólo con una mochila al hombro conteniendo poco más de dos millones de pesos.
Andrés dedicó la tarde a desactivar alertas, entre ellas la de un grupo de camaradas galenos, encabezados por el médico peruano Pedro Miguel Morón Chiclayo, que se habían acuartelado con 24 horas de antelación manteniéndose, con su instrumental, atentos a cualquier posible percance. Al anochecer, Andrés regresó a la casa de seguridad, se hicieron los reportes procedentes y Omar entregó el dinero ya contado y seleccionado. Casi a media noche, Omar salió a la calle y abordó un taxi rumbo a su casa; en el camino entró a un café de chinos, se regaló una taza de chocolate caliente y se fue a dormir 20 horas seguidas.

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Postdata 1. Al día siguiente, 13 de abril de 1973, otro comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre expropia la sucursal Cuauhtémoc del Banco General de Monterrey, Nuevo León. Obtiene poco más de un millón de pesos.
Postdata 2. Meses después la directiva de la IEM reportaba públicamente a sus accionistas su estado financiero; y en un párrafo casi inadvertido daba cuenta que el asalto perpetrado por los guerrilleros no había afectado para nada su bonanza financiera. Otro dato curioso es que la empresa siempre reportó $1,800,000.00 como la cantidad sustraída, cuando en realidad fue cercana a los $2,200,000.00. Casi siempre los contadores de las empresas expropiadas exageran las cantidades quitadas para, seguramente, reponerse en sus chanchullos. Pero en el caso de la IEM, extrañamente, fue a la inversa.